LOS DIEZ MEJORES ALIMENTOS. Y los diez peores

Dr. Fuhrman


Los alimentos vegetales no refinados deben componer la mayor parte de su dieta con frutas y verduras en términos más altos en la escala de densidad de nutrientes concentrados por caloría.

A menudo me preguntan por mi lista de los mejores alimentos para comer, los que contienen la mayor cantidad de micronutrientes, fito-químicos y otros compuestos que originen salud. La gente quiere saber cuáles son los alimentos más altos en nutrientes que proporcionen la clave para una buena salud y longevidad óptima.

Ellos están buscando una respuesta sencilla a la pregunta: “¿Qué debo comer para llegar a mi peso ideal, lograr inmunidad a las enfermedades y sentirme lo mejor posible cada día?”

Es difícil aglomerar a todos los que promueven la salud, alimentos densos en nutrientes en una lista de los diez mejores. Sin embargo, los alimentos en mi lista son los que creo que todo el mundo debería incluir en su dieta de forma regular.

Protegerse fuertemente contra el cáncer a favor de la longevidad. Ellos contienen la mayor cantidad de vitaminas, minerales y poderosos fito-químicos incluyendo compuestos allium, glucosinolatos, inhibidores de la aromatasa, flavonoides y lignanos. Por supuesto que no todos mis favoritos podrían hacer mis diez mejores y los subcampeones incluyen muchas otras verduras y frutas.

LOS DIEZ MEJORES ALIMENTOS:

* Verduras de hojas verdes (por ejemplo, la col, col rizada, hojas de mostaza, espinaca, lechuga)

* Verduras crucíferas sin hoja (por ejemplo, brócoli, coliflor, coles de Bruselas, repollo)

* Bayas

* Frijoles

* Hongos

* Cebollas

* Semillas (por ejemplo, el lino, chia, cáñamo, sésamo, girasol, calabaza)

* Nueces (por ejemplo, nueces, pistachos, piñones, almendras)

* Tomates



Es muy difícil tomar a todos los malos alimentos del mundo y condensarlos para descender al peor de lo peor. Los alimentos tienen el poder de curar, pero también tienen el poder de hacer daño. Nuestras principales causas de muerte, como el cáncer, diabetes y enfermedades al corazón, son principalmente el resultado de los alimentos que comemos.

Los alimentos inadecuados pueden ser tan adictivos como las drogas y el alcohol, y provocar que llevemos una vida que proporcione sólo una fracción de nuestro potencial para la salud, nivel de energía y bienestar fisiológico.

Los alimentos como lácteos y otros productos animales son ricos en sustancias que las investigaciones científicas demostraron estar asociadas con incidencia al cáncer y enfermedades del corazón: las proteínas animales, grasas saturadas, colesterol y ácido araquidónico.

El alto contenido de proteína de leche animal aumenta los niveles de IGF-1 en la sangre, lo cual incrementa el riesgo de cáncer. La combinación de productos lácteos con insulina aumentan azúcares, eso incluso es aún más peligroso cuando se trata en el riesgo de cáncer.

Alimentos procesados que contienen azúcar blanca refinada, harina blanca refinada, sal y aceite, comprenden más del 60% de las calorías en la dieta estadounidense, pero proporcionan poca o ninguno de los nutrientes antioxidantes o fito-químicos que son esenciales para la prevención de enfermedades crónicas y muerte prematura. El consumo de sal se ha relacionado con ambos, cáncer de estómago e hipertensión. Ni qué decir, yo aconsejo a la gente que eviten por completo los alimentos de mi lista descritos como los “peores”.

LOS DIEZ PEORES ALIMENTOS:

* Productos lácteos endulzados (por ejemplo, helado, crema baja en grasa, yogur helado)

* Alimentos Grasos Trans que contienen (por ejemplo, margarina, manteca, comidas rápidas, productos comerciales horneados)

* Donuts

* Salchichas, perros calientes y un almuerzo con carnes.

* La carne ahumada, a la brasa y la carne roja convencional.

* Los alimentos fritos incluyendo papas y papas a la francesa

* Los alimentos altamente salados

* Sodas

* Azúcar blanca refinada

* Harina blanca refinada

Está claro que los alimentos vegetales no refinados deben componer la mayor parte de su dieta con frutas y verduras en términos más altos en la escala de densidad de nutrientes concentrados por caloría.

También es obvio para cualquiera que haya estudiado la investigación y mirado las tendencias de los últimos años, que una dieta basada en alimentos procesados refinados y productos de origen animal no puede mantener la salud ni la óptima protección en contra de las enfermedades.

Dr. Fuhrman

AFLOJAR LA CUERDA

Antoni Aguiló Bonet en Diario de Mallorca



Ocho cosas antes de morir 
(y una que enseña a vivir)

Vivimos en una época en la que existir no basta: la vida se ha convertido en un imperativo productivo. Cada gesto debe rendir, cada instante generar valor. El productivismo ha colonizado incluso nuestro tiempo más íntimo: ya no descansamos, optimizamos el descanso; ya no paseamos, contabilizamos cada paso. La existencia se calcula en métricas, no en sentido. Ya no se vive: se acumulan experiencias, como deudas interminables. La frontera entre trabajo y ocio se ha borrado: solo queda rendimiento. La acción gratuita, el silencio, la pausa: todo resulta sospechoso. Todo se mide en visibilidad, todo se mide en eficiencia.

La televisión lleva décadas suministrando el opio de la hiperactividad. Hoy, la cadena pública catalana lo destila en forma de docureality: 8 coses a fer abans de morir. Bajo la apariencia de un homenaje a la vitalidad de las personas mayores, el programa refleja, en realidad, nuestro miedo colectivo al desgaste, a la lentitud, a desaparecer del foco. Lo que se celebra como energía es, en verdad, una obsesión por no dejar de ser visible.

El formato es tan transparente que resulta inquietante. Joan Pera, de 77 años, se lanza a vivir experiencias inéditas —conducir un rally, pilotar un avión, aprender magia, entre otras—, todo envuelto en la retórica de «superar miedos» y «cumplir sueños». Pero cada aventura revela, en el fondo, una forma de negación: «Antes de morir», dice el título, pero lo que realmente enseña es cómo no morir del todo, cómo mantenerse en circulación simbólica, útil, visible. No hay nada más neoliberal que una vejez que trabaja sin descanso, incluso en la propia diversión.

El programa transforma la experiencia íntima en contenido audiovisual. Lo que antes era un gesto privado —atreverse a algo nuevo, explorar lo desconocido— se convierte en producto de consumo masivo. La televisión recicla así la vejez, reduciéndola a un test de rendimiento: quien no vive intensamente, parece no merecer vivir. No hay decadencia, solo «nuevos retos»; no hay lentitud, solo «reinvención». Incluso el cuerpo que ya no genera beneficios debe, al menos, proveer espectáculo.

Conviene aclararlo: no hay nada censurable en que alguien, a cualquier edad, quiera seguir experimentando, descubriendo o aprendiendo. Al contrario, hay una dignidad profunda en quienes mantienen viva la curiosidad por el mundo. Lo problemático no es ese impulso vital, sino el marco cultural que lo convierte en mandato, en obligación disfrazada de libertad.

El reality ofrece la ilusión de libertad mientras refuerza un mandato invisible: incluso al borde del final, debemos seguir haciendo, probando, mostrando, prolongando la utilidad del cuerpo y de la emoción hasta el último segundo. Lo que se celebra como autonomía se revela, paradójicamente, como la forma más eficiente de disciplina.

No es lo mismo vivir experiencias que gestionarlas. Lo primero nace del deseo y la espontaneidad; lo segundo, responde al mandato invisible de tener siempre algo que mostrar, justificar o contar. La persona mayor que baila porque le apetece encarna una forma de libertad; la que baila porque «hay que mantenerse activo» cumple una orden disfrazada de entusiasmo. En este contexto, envejecer se convierte en una anomalía que debe corregirse con energía forzada y autoexplotación constante. Hoy se pide a las personas mayores que se mantengan «activas», aprendan idiomas, corran maratones, hagan coaching o se reinventen semana tras semana. Se les pide que «gestionen» su tiempo libre, que conviertan su memoria en contenido, su ocio en rendimiento y su fragilidad en superación. Ya no se les permite simplemente envejecer: deben mantenerse en forma, también moralmente. Incluso se les arrebata el privilegio de descansar de sí mismas.

No se trata solo de televisión: se trata una disciplina social que enseña a temer la inactividad. Bajo la retórica del bienestar se impone una nueva ortodoxia: la del Age Management, esa gerencia del envejecimiento que transforma la vejez en un proyecto empresarial. Envejecer deja de ser un proceso biográfico para convertirse en una estrategia de optimización continua. La vejez, antaño territorio del recogimiento, se ha transformado en un laboratorio de productividad emocional. En el fondo, el capitalismo emocional no tolera ni la decadencia ni el sosiego: necesita, incluso, que la puesta de sol produzca adrenalina.

Pero hay una forma de resistencia en aceptar el paso del tiempo sin someterlo a la lógica del rendimiento. Quizá la verdadera elegancia de hacerse mayor consista en aflojar la cuerda. No para rendirse, sino para reconciliarse con el ritmo natural de lo que pasa —sin cámaras, sin récords, sin épica del riesgo—. 

En una sociedad que confunde vitalidad con productividad, tal vez el gesto más revolucionario sea, sencillamente, no hacer nada. Reivindicar la inutilidad como forma de sabiduría

Si hay una cosa que enseña a vivir, no está en la lista de desafíos, sino en la calma que queda cuando dejamos de cumplirlos. Eso es libertad. Eso es dignidad.



TE VERDE "MATCHA"


El té verde Matcha es una variedad de té japonés con increíbles beneficios medicinales y propiedades curativas ideales para disfrutar de una buena salud. Descubre en qué consiste esta deliciosa bebida.

Japón destaca por ser un país donde el consumo de té verde es tan elevado como, por ejemplo, en España lo es el consumo de café. Además, sorprende no solo por la gran tradición que ostenta alrededor de esta mítica y popular bebida, sino por la gran diversidad de variedades de té que podemos encontrar en este bello país oriental.

Entre esas variedades más conocidas y consumidas podemos encontrarnos con el té Bancha (té común), el conocido como té Gyokuro (rocío de jade), el té Genmaicha (variedad de té con grano de arroz tostado), el té Kabusecha (té cubierto), el té Hojicha (té deliciosamente tostado), el té Kukicha (té de tallos), el té Tamaryokucha (la popular bolita de té verde), el té Sencha (té tostado) y el té Matcha (también conocido popularmente como té verde Matcha).

Se trata de una variedad de té que se caracteriza por ser un té verde molido, de manera que a diferencia de otros tipos de té verde, éste se presenta y se vende en forma de polvo, con ese característico color verde que tanto le distingue.

Es uno de los tés utilizados tradicionalmente en la Ceremonia Japonesa del Té, y por su presentación como té molido es muy común su uso no solo para la elaboración de la propia bebida de té en sí misma, sino que destaca su utilización en la cocina, ya sea en la elaboración de postres japoneses clásicos, helados y bizcochos.

Cómo es la elaboración del té verde Matcha

La elaboración de este tipo de té comienza semanas antes de su cosecha, cuando la planta del té es cubierta con el fin de ocultarla del sol, creándose en sus hojas un tono verde más oscuro, y que además consigue retrasar tanto su desarrollo como su crecimiento.

Este hábito de cultivo es lo que brinda la posibilidad de que el té verde Matcha adquiera no solo ese color tan característico, sino su sabor dulce ya que permite que aumente su contenido en aminoácidos.

Después de la cosecha sus hojas son secadas en una superficie plana, se les retira tanto las venas como el tallo y se muele en varias ocasiones con el objetivo de conseguir una textura lo más fina posible.

LOS BENEFICIOS DEL TE MATCHA

*Muy rico en antioxidantes

Los flavonoides son pigmentos vegetales que encontramos en muchas plantas, y que aportan una buena diversidad de beneficios para nuestra salud. El té verde Matcha es muy rico en flavonoides, lo que significa que se convierte en una bebida tremendamente antioxidante, sobre todo por la presencia de las conocidas como catequinas del té.

Estas catequinas cuentan con una grandísima capacidad para neutralizar la acción tan negativa de los radicales libres, ayudando positivamente a la hora de reducir los efectos que ejercen en nuestro organismo.

También aporta vitamina C, un nutriente esencial fundamental a la hora de prevenir el cáncer, fortalecer nuestras defensas y ayudar en el proceso de depuración natural de nuestro organismo, por ejemplo previniendo la retención de líquidos o eliminando toxinas.

*Alto contenido en taninos

Además de ser muy rico en flavonoides, el té Matcha presenta una alta concentración en taninos, los cuales actúan como laxante suaves, lo que significa que se convierte en una variedad de té ideal a la hora de mejorar el tránsito intestinal, de forma totalmente natural y sencilla.

*Ayuda a adelgazar

Si tenemos en cuenta que los taninos presentes en el té verde Matcha actúa fundamentalmente como un desintoxicador, depurador y laxante suave, no hay duda que se convierte en un té ideal para adelgazar y bajar de peso.

Entre sus cualidades reconocidas en este sentido, debemos destacar sobre todo su capacidad para aumentar el metabolismo, y por tanto aumentar la quema de calorías por parte de nuestro organismo.

*Reduce el colesterol y el azúcar de la sangre

Precisamente por su alto contenido en antioxidantes es una bebida ideal para reducir los niveles altos de grasas en la sangre, ayudando sobre todo a la hora de disminuir los valores de colesterol alto y de triglicéridos.

Por otro lado, se ha constatado que un consumo regular de té Matcha ayuda a bajar los niveles de azúcar en la sangre, siendo a su vez adecuado para personas con diabetes al no elevar los niveles de insulina.

*Aporta vitalidad

Recientes estudios han constatado que consumir té verde Matcha de forma regular es útil para aportar vitalidad a nuestro organismo, actuando de manera natural a la hora de aportarnos energía. De hecho, se ha demostrado que el té Matcha es capaz de mejorar la resistencia física de quienes lo consumen habitualmente.

CÓMO PREPARARLO

Lo cierto es que preparar un té verde Matcha es sumamente sencillo. Pero para ello, además del propio té y agua, necesitas un colador fino y una escobilla japonesa utilizada habitualmente para la elaboración de esta tradicional bebida (en caso de que no la tengas valdrá con una cuchara pequeña).

Ingredientes que necesitas: 
2 cucharadas de té verde Matcha 
1 taza de agua 

Pasos para hacer el té verde Matcha:

En primer lugar calienta un poco de agua en un cazo y, cuando alcance una temperatura de unos 80 ºC, vierte en la taza donde vayas a servir el té, con el fin de calentarlo. Luego desecha ese agua y seca la taza con muchísimo cuidado.

Tamiza, con ayuda de un colador, la cantidad de té verde Matcha que vayas a utilizar para elaborar el té (en esta ocasión 2 cucharadas). Cuela finamente, para eliminar cualquier tipo de impureza que pudiera existir, dejando que caiga directamente sobre la taza donde vayas a tomarlo.

Mientras tanto, calienta el equivalente a 1 taza de agua, pero sin que supere los 80º C. Luego añade encima del té verde el agua caliente y utiliza la escobilla o cuchara para batir el té verde hasta que se integre con el agua caliente, y forme espuma. 

¡Listo! A disfrutarlo.


Fuente:Natursan

¿FORMA ESTO PARTE DE MI?


Cuentan que un hombre sufría con gran frecuencia ataques de ira y cólera, así que decidió un día abordar esta situación. Para ello se fue al encuentro de un viejo sabio con fama de conocer la naturaleza humana. Cuando llegó a su presencia, habló de este modo: 
- Señor, quiero solicitar tu ayuda, ya que tengo fuertes arranques de ira que están haciendo mi vida muy desgraciada. Yo sé que soy así, pero también sé que puedo cambiar si usted me aconseja.

- Lo que me cuentas es muy interesante -dijo el anciano-. De todas maneras, para poder tratar bien tu problema es necesario que me muestres tu ira y así pueda saber de qué naturaleza es. 
- Pero ahora no tengo ira -argumentó el hombre. 
- Bien -contestó en anciano-, lo que tendrás que hacer en este caso es que la próxima vez que la ira te invada, has de venir lo más deprisa posible a enseñármela. 

El hombre iracundo se mostró de acuerdo y regresó a su casa. Pero pocos días después se encontró de nuevo con otro ataque de cólera y marchó rápidamente a ver al anciano. Sin embargo, ocurría que el viejo habitaba en lo más alto de una colina muy alejada, así que cuando por fin alcanzó la cima y se presentó al sabio... 
- Señor, estoy aquí de nuevo como me dijiste. 
- Estupendo, muéstrame tu ira. 
Pero al pobre hombre se le había pasado la ira durante la subida. 
- Es posible que no hayas venido lo suficientemente rápido -dijo el anciano-. La próxima vez corre mucho más deprisa y así llegarás todavía con ira. 

Pasados unos días, al hombre le asaltó otro fuerte ataque de cólera y recordando la recomendación del sabio, comenzó a correr cuesta arriba todo lo rápido que pudo. Cuando media hora después llegó completamente agotado a casa del viejo, éste le reprendió severamente: 
- Esto no puede continuar así, otra vez llegas sin ira. Creo que debes esforzarte aún más y tratar de subir las cuestas mucho más deprisa. De otro modo no voy a poder ayudarte. 

El hombre marchó entristecido, jurándose a sí mismo que la próxima ocasión correría con todas sus fuerzas para llegar a tiempo de mostrar su ira. Pero no ocurrió así. Una y otra vez subía la cuesta y, a cada ocasión, llegaba más y más fatigado y, desde luego, sin un asomo de ira. 
Un día que llegó especialmente extenuado, el maestro, por fin, le dijo: 

- Creo que me has engañado. Si la ira formara parte de ti, podrías enseñármela. Has subido a mi casa veinte veces y nunca has sido capaz de mostrarla. Esa ira no te pertenece. No es tuya. Te atrapa en cualquier lugar y con cualquier motivo y luego te abandona. Por tanto, la solución es fácil: la próxima vez que quiera llegar a ti, no la recojas. 

EL PERDÓN. Thich Nhat Hanh

El perdón es el fruto de la comprensión. ¡Es porque queréis perdonar que podéis perdonar! Podéis tener mucha buena voluntad para perdonar y sin embargo no podéis perdonar porque la amargura está allí siempre, el sufrimiento está allí siempre. Incluso si sabéis que el perdón sería apreciado, no podéis perdonar, incluso si tenéis una buena dosis de buena voluntad. Para mí, el perdón debería ser el resultado de la mirada profunda, de la comprensión. 

Sabed, durante los años setenta, ochenta, hemos recibido, en nuestra oficina de París, muy malas noticias de Vietnam y de los campos de refugiados. Una mañana, supe la historia de una pequeña, una “boat people” de once años. Ella había sido violada por un pirata, en el mar, y cuando su padre trató de interponerse, ellos le lanzaron al océano. Después de haber sido violada por el pirata, la pequeña se lanzó al agua y se ahogó. 
Estas son las noticias que recibimos por correo esa mañana. Recibíamos frecuentemente esta clase de noticias.

Yo estaba enfadado. En tanto que seres humanos, tenéis el derecho de estar enfadados, pero en tanto que practicantes, no tenéis el derecho de no practicar. 

No pude tomar mi desayuno, era demasiado para mí. Fui al bosque vecino a practicar la meditación caminando. Intenté entrar en contacto con los árboles, los pájaros, el cielo azul, para calmarme y comencé por sentarme y meditar. Y la meditación fue larga. 

Durante la meditación, yo me veía como un muchachito, un bebé, nacido en la zona costera de Tailandia. Mi padre es un pobre pescador, mi madre es una mujer que no ha recibido instrucción y la pobreza habita nuestra casa desde muchas generaciones y crezco en ese medio. Cuando tengo catorce años, ha debido ir al mar con mi padre para ganarme la vida. Era muy duro. Y cuando mi padre murió, he debido retomar esto. Había otro pescador que me dijo que había muchos “boat people” venidos de Vietnam y, muy a menudo, traían sus riquezas con ellos, como oro y joyas. Si nos podemos aprovechar sólo una vez, cogeríamos un poco de oro y saldríamos de nuestra eterna pobreza. Siendo un pobre pescador sin instrucción, me dejo tentar y le acompaño para robar a los “boat people”, y cuando veo a un pescador que tiene una relación sexual con una mujer, fui tentado de hacer lo mismo. Miré alrededor de mí, no vi policía alguna, ninguna amenaza, y me dije a mí mismo: “Pruébalo sólo una vez”, y me convertí en un pirata violando a una muchachita.

Ahora, supongamos que estáis en este barco y que tenéis un fusil. Me disparáis y muero. No me ayudáis. Porque en mi vida, nadie me ha ayudado jamás. Nadie ayudó a mi padre, a mi madre. He crecido como un muchacho sin instrucción. Toda mi vida he jugado con muchachos delincuentes. He crecido así, como un pobre pescador. Ningún político me ha ayudado jamás. Ningún educador me ha ayudado jamás. Nadie me ha ayudado jamás y es por eso que me he convertido en pirata. Si me disparáis, yo muero. 

Esa noche, durante la meditación, me he visto como pirata, como joven pescador convertido en pirata. He constatado que a lo largo de la costa tailandesa, esa noche, varios cientos de bebés han nacido y si hoy, nadie les ayuda a tener una instrucción, nadie les ayuda a tener una vida decente, entonces, pienso que esos cientos de bebés, en veinte años, serán piratas. 

Cuando vi esto, mi cólera hacia los piratas descendió en mí. He comenzado a comprender que si hubiera nacido como ese muchachito, en un pueblo de pescadores, me habría convertido en pirata. Ahora, si me disparáis, moriría. 

Cuando la comprensión entra en mi corazón, la cólera comienza a disiparse y en lugar de sentirme enfadado contra ese pescador, experimenté la compasión hacia él e hice el voto de hacer lo que estuviera en mi mano para ayudar a los bebés nacidos la noche última a lo largo de la costa tailandesa. Y la forma de energía llamada cólera se transformó en la energía de la compasión y esto fue posible gracias a la meditación. El perdón no habría sido obtenido sin esta forma de comprensión, y la comprensión es el fruto de la mirada profunda. Yo lo llamo meditación.


UNA CIUDAD, DOS NIÑOS, UN TRÉBOL Y UN RATONCITO

 



Esta historia pasó en un país como esos de los cuentos de Las mil y una noches, donde había una ciudad como Bagdad.


En ella vivía un niño cuya mirada parecía que era verde oliva.

Lo que se veía, casas, objetos, animales, su propia persona eran verdes.

También los otros, padres, abuelos, amigos y vecinos eran de ese color. Como si algo o alguien obligara a todo, y a todos, a tener el verde oliva como único color y razón de vida.

El niño siempre quiso asomarse al mundo.

Saber qué había detrás de ese alto muro que estaba en su calle.

Preguntó a sus padres, que le hablaron de otras cosas.

Preguntó a sus abuelos, que guardaron silencio y sólo le miraron.

Preguntó a sus vecinos, que entraron a sus casas y cerraron sus puertas.

Como nadie se lo decía, un día muy temprano, comenzó a caminar.

Descubrió que toda la ciudad estaba rodeada por el enorme muro verde.

Y caminó… y caminó…

El muro parecía no tener fin.

Pero, caminando a todo su largo, luego de un tiempo, encontró un hueco dejado por alguna bomba de la última guerra.

Miró por allí y descubrió que detrás había un hermoso jardín con azulejos de bonitas formas y colores, pese a estar destruido y en cenizas.

Incendiado, quizás por otras bombas.

Y, también, vio una larga calle que subía como llegando al horizonte.

En medio de aquellas ruinas del jardín, encontró que crecía un trébol. 
Abierto y radiante como un sol.

Y, asustado, cobijándose bajo las tres hojitas verde claro, estaba un ratoncito.

El niño le sonrió.

El ratoncito lo miró.

Y moviendo su pequeño hocico, se le acercó como si lo conociera. 
O como si lo hubiera esperado, seguro que venía a buscarlo.

El niño abrió la palma de su mano, donde  trepó el ratoncito.

El niño, con cuidado, lo guardó en el bolsillo izquierdo de su vieja chaqueta.

Luego, se acercó al trébol y, con un poco de tierra, logró recortarlo, con un trozo de metal que encontró por ahí, para sembrarlo en un lugar más propicio.

Subió por la calle que había del otro lado del muro.

Desde la ventana de un edificio bombardeado, una niña le gritó.

Cuando estuvo a su lado, el niño, que ya no era verde, le entregó el trébol.

La niña lo tomó en una de las palmas de sus manos, que había acomodado como una pequeña maceta, y lo acercó a su corazón.

Luego, le dio su otra mano al niño.

Ambos, tomados de la mano, como en el final de una película de Charles Chaplin, siguieron subiendo por la larga calle que llegaba hasta el horizonte.

Cargando el sencillo tesoro de un trébol y un ratoncito que, como ellos, sobreviven a la crueldad, la estupidez y la guerra de las personas grandes.


Fuente: Los cuentos que les cuento

LA MIRADA MÁGICA

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Se dice que los monjes iluminados (bodhisatvas) bendicen todo lo que ven… 

Cuando se logra transformar la mirada en bendición constante, se llega a la mirada mágica. 

EL HOMBRE SANTO. Cuento budista


Había, una vez, un hombre sabio y santo que vivía en una pequeña casa, en lo alto de una montaña de difícil acceso, en las proximidades de una aldea china. A pesar de su silencio y sencillez, se había propagado por la campiña su sabiduría y santidad.

Un hombre de la aldea decidió hacer el difícil viaje para visitarlo. Cuando llegó a la casa, vio a un viejo sirviente que lo saludó en la puerta, y le preguntó qué deseaba. 

- Quisiera ver al sabio hombre santo. 

El anciano sonrió y le indicó que lo siguiera. 
Mientras caminaban por el interior de la casa, el hombre de la aldea miró con impaciencia por todos lados, anticipando su encuentro con el hombre santo. Cuando se vino a dar cuenta, había sido conducido a la puerta trasera y sacado afuera. 

Se detuvo y se giró hacia el criado: 
- ¡Pero quiero ver al hombre santo! 

- Usted ya lo ha visto – dijo el viejo-. A todos a los que usted pueda conocer en la vida, aunque parezcan simples e insignificantes… véalos, a cada uno, como un sabio hombre santo. Si hace esto, entonces cualquier problema que usted haya traído hoy aquí, estará resuelto.

(autor desconocido)

EL ARTE DE NO HACER. Diálogos con Zhao Laoshi



-Maestro Zhao, en un texto denominado taoísta sobre El Arte de no Hablar, he leído: “Ocúpate de ti mismo, no te defiendas. Cuando tratas de defenderte en realidad estás dándole demasiada importancia a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión”.

EGOISMO

 



El Primer Ministro de la Dinastía Tang fue un héroe nacional por su éxito como estadista y como líder militar. Pero a pesar de su fama, poder, y salud, se consideraba un humilde y devoto Budista.

A veces visitaba a su maestro Zen favorito para estudiar con él, y parecía que se llevaban bien. El hecho de ser primer ministro parecía no afectar su relación, que parecía ser la de un venerado profesor y un respetuoso alumno.

Un día, durante su visita usual, el Primer Ministro le preguntó al maestro:

- ¿Su Reverencia, qué es el egoísmo de acuerdo al Budismo?

La cara del maestro se volvió roja, y con una voz condescendiente e insultante, le respondió:

- ¿Qué clase de pregunta estúpida es esa?

Esta respuesta inesperada impactó tanto al Primer Ministro que se quedó callado y furioso. El maestro Zen sonrió y dijo:

- ESTO, Su Excelencia, es egoísmo.


EL MIEDO A LA MUERTE

 

No es agradable pensar que tendremos que morir, pero si superamos nuestra renuencia a pensar en ello, y desarrollamos consciencia de la muerte, podemos protegernos del miedo y de la confusión mental que nos embargan cuando la muerte nos llega inesperadamente.

PRÁCTICA TAOISTA DE "LA SONRISA INTERIOR"





La Sonrisa Interior es una verdadera sonrisa dirigida a todas las partes del cuerpo, incluyendo los órganos internos y el sistema nervioso.

LO FUNDAMENTAL Y LO ACCESORIO




Un hombre se perdió en el desierto. Al cabo de unos días ya punto de morir de sed, vio que una caravana se acercaba. Como pudo, llamó la atención de los viajeros, que presurosos se dirigieron hacia el necesitado. Éste, con un hilo de voz apenas pudo decir:
-Aaaguaa...

GAYA, LA MADRE TIERRA.



La Tierra, ese ser omnipresente, resulta casi invisible para la mayor parte de los seres humanos. Estamos acostumbrados a la gran rutina de “vivir sobre la tierra”, y, más aún, “contra la tierra”. No vivimos “con la tierra”. Y estamos muy lejos de “sentir con la tierra”.

LOS PENSAMIENTOS Y LA MEDITACIÓN. Tulku Tarthang


Cuando podemos tranquilizar el cuerpo, la respiración y la mente, surge naturalmente una sensación muy cómoda y agradable. Al ampliar esta sensación, descubrimos que nos sentimos muy a gusto con ella... y podemos volver a experimentar esta sensación una y otra vez en la meditación diaria.

EL AUTÉNTICO CONOCIMIENTO


Cuentan que, en un país lejano, los discípulos de una orden monástica eran sometidos a pruebas muy duras. Un día, un maestro reunió a varios de ellos y les dijo: 

EL DOMINIO ACTIVO DE LA CONSCIENCIA. Deepak Chopra



Escucha la sabiduría de tu cuerpo, que se expresa por señales de comodidad e incomodidad. Cuando elijas cierta conducta, pregunta a tu cuerpo que siente al respecto.

EL ÁRBOL QUE NO SABÍA QUIEN ERA


Había una vez en un lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un jardín esplendoroso con árboles de todo tipo: manzanos, perales, naranjos, grandes rosales,...

EL MIEDO, CAMINO HACIA LA INSEGURIDAD



El miedo es una de las jaulas mejor fabricadas del mundo. Es la herramienta más eficaz de la manipulación. Sin miedo, Haru, no existe el poder. Piensa. Es el miedo, lo que lo alimenta y lo permite. 

EL MONJE Y EL GENERAL


Cuentan que, en el receso de una batalla, el general de un poderoso ejército se presentó en el templo tofuku, donde moraba un monje que cargaba consigo la fama de ser la persona más sabia de su tiempo y las más dotada espiritualmente.

MEDITAR EN BICI


Pedalear sin destino, sólo conciencia en el camino.

Últimamente se está poniendo de moda la bicicleta para realizar desplazamientos en el día a día… Y nosotros decimos… ¡Qué buen momento para meditar!

SOBRE LA GRAN ENSEÑANZA



Durante una de las paradas para descansar que hicieron en el largo camino hacia Shangai, pues el Noble Ting Chang, había renunciado a tomar un avión para hacer más llevadera la adaptación a las nuevas circunstancias.

DOLOR Y VIDA

 


...

- Duele demasiado - fui capaz de pronunciar, mientras escupía agua de mar que me rascaba la garganta.

Gunnarr se había sentado en la playa y me abrazaba desde la espalda, restregando mi hombro derecho con cuidado para darme calor. Yo temblaba, estaba todavía demasiado aturdida como para levantarme e intentar caminar.

EL PODER DE LA SONRISA




"Para ser felices hay que reir 30 veces al día"(Proverbio chino)


Cuando dibujamos es fácil añadir sonrisas a las caras. Imagínate que, con la misma facilidad, pudieras poner sonrisas en los rostros de las personas. Seria un cambio impresionante.

MOVIENDO MANOS COMO NUEBES

Cuento Taoísta




En un pequeño pueblo rodeado de montañas, vivía un maestro taoísta llamado Li Shen, conocido por su sabiduría profunda y su habilidad en el arte del Tai Chi. Todos los días, al amanecer, Li Shen practicaba en el jardín de su humilde casa, moviéndose con la gracia de una hoja que flota en el viento. 

EL PRINCIPIO DEL VACÍO




Una vez, cuando tenías diez años, volviste de la escuela muy enfadada con la maestra. Tú, una alumna tan aplicada que siempre se lo sabía todo. Todo y todo.

EL GIRASOL DEL CORAZON


"Borraré las palabras, los sonidos y los discursos,
para poder, sin ellos, conversar Contigo" Rumi

Nuestro silencio en la meditación no es el silencio de la mente. Es el silencio del corazón.

ORIGEN DEL TAI CHI


Diferentes hipótesis y ninguna certeza existen con relación al origen del Tai Chi y, a pesar que no se sabe quien fue su iniciador, existen muchos detalles sobre su desarrollo a través de la historia.

FELIZ SOLSTICIO DE VERANO 2025






El verano de 2025 ha comenzado hoy, sábado 21 de junio, a las 4:42 horas (hora peninsular), coincidiendo con el solsticio de verano.

A VECES, LA REALIDAD ES OTRA


Un renombrado erudito, con fama de perspicaz, paró al pie del camino, en una posada. Al observar unas huellas en la nieve, reflexionó así ante el posadero:

- He aquí las huellas de un hombre profundo y valeroso;

EL BOSQUE INTERIOR




Había, una vez, un hombre que caminaba perdido en el camino Espiritual.

Estando paseando por el monte, solitario, triste, y preocupado por cómo llegar a ver la luz, oyó una voz que le decía:
- ¿ A dónde vas, buen hombre?

NO SOMOS LOS MISMOS


El Buda fue el hombre más despierto de su época. Nadie como él comprendió el sufrimiento humano y desarrolló la benevolencia y la compasión.