Había una vez dos monjes que paseaban por el jardín de un monasterio taoísta. De pronto. uno de los dos vio en el suelo un caracol que se cruzaba en su camino. Su compañero estaba a punto de aplastarlo sin darse cuenta, cuando le contuvo a tiempo.
LOS CINCO AGREGADOS.
CÓMO ARREGLAR EL MUNDO
Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.
Cierto día, su hijo de siete años invadió su santuario, decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que se fuese a jugar a otro lado.
Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle, con el objetivo de distraer su atención.
De repente, se encontró con una revista en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y, junto con un rollo de cinta, se lo entregó a su hijo, diciendo: “Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie”.
Entonces calculó que al pequeño le llevaría diez días componer el mapa… Pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba, calmadamente:
- Papá, papá, ya lo hice todo, conseguí terminarlo.
Al principio, el padre no creyó al niño. Pensó que sería imposible que, a su edad, hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes.
Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo, todos los pedazos habían sido colocados en sus lugares debidos.
¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?...
Con asombro, le preguntó a su hijo:
- Hijo, si tú no sabías cómo era el mundo… ¿Cómo lo has hecho?
- Papá -respondió el niño-, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que le dí la vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado el mundo.
Cierto día, su hijo de siete años invadió su santuario, decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que se fuese a jugar a otro lado.
Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle, con el objetivo de distraer su atención.
De repente, se encontró con una revista en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y, junto con un rollo de cinta, se lo entregó a su hijo, diciendo: “Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie”.
Entonces calculó que al pequeño le llevaría diez días componer el mapa… Pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba, calmadamente:
- Papá, papá, ya lo hice todo, conseguí terminarlo.
Al principio, el padre no creyó al niño. Pensó que sería imposible que, a su edad, hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes.
Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo, todos los pedazos habían sido colocados en sus lugares debidos.
¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?...
Con asombro, le preguntó a su hijo:
- Hijo, si tú no sabías cómo era el mundo… ¿Cómo lo has hecho?
- Papá -respondió el niño-, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que le dí la vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado el mundo.
Fuente: El Despertador
TAI CHI CHUANG DE LOS CEREZOS
Cuando se despertaron, sustituyeron la sentada del amanecer por una buena sesión de Taichí chuán en una amplia explanada cubierta de hierba, al otro lado de la laguna. |
EL MARAVILLOSO MAGO DE OZ: viaje de retorno a casa
L. Frank Baum escribió EL MARAVILLOSO MAGO DE OZ con el objetivo de dar a los niños y niñas una alternativa suave a aquellos cuentos clásicos en que sucesos trágicos y moralejas contundentes gozaban de mucho protagonismo. Según Baum, los niños buscan entretenimiento y es dentro de él donde se debe depositar la moraleja y no al revés.
EL OCÉANO DE LA VIDA CONTIENE TODO
Si usted busca la realidad usted debe librarse de todas los trasfondos, de todas las culturas, de todos los patrones de pensamiento y de sentimiento. Incluso la idea de que yo soy un hombre o una mujer, o aún humano, debe ser desechada.
LA VERDADERA LIBERACIÓN
La buena nueva es que puedes liberarte de tu mente, que es la única verdadera liberación. Y puedes dar el primer paso ahora mismo.
CELEBRA CADA MOMENTO
Entrevista de Ima Sanchís a Lou Marinoff, en La Contra de LA VANGUARDIA.
Bonita corbata...
Gracias, la llevo para recordar el camino del Tao.
... Muchos yin-yang pequeñitos.
Es el centro de la filosofía taoísta. En Occidente dividimos todo lo conocido en opuestos: día y noche, bueno y malo... Para los chinos todo está en equilibrio: la oscuridad contiene la claridad y viceversa. Es un concepto importante, tiene implicaciones en todos los campos.
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