-Maestro, ¿ qué nos está pasando?
-No se a qué te refieres, Huang, aunque, conociéndote como te conozco, lo sospecho.
-Me refiero a todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor y en nosotros mismos: la inestabilidad del clima, la crisis económica y de valores, la inestabilidad psíquica, las enfermedades. Me refiero incluso a esta molesta gripe que me tiene dolorido y de mal humor, varios días ya. Noto en mí, en mi pareja y en otros compañeros, una alteración frecuente, una hiperactividad, incluso una agresividad no habitual. Y me pregunto, y le pregunto, ¿ a qué se debe, maestro?
-Hay preguntas que están formuladas para no ser contestadas. Desde una mentalidad occidental no creo que sea comprensible, razonable. Pero tu y yo sabemos que, a veces, la mejor respuesta es la no dada. No es el caso, no te voy a dejar con tu interrogante en el aire. Pero ten en cuenta que la respuesta que yo pueda darte no es mas que una opinión, una reflexión mía o de otros que no agota la pregunta, que puede no ser la correcta. Dicho esto, te diré que es difícil atribuir las distintas situaciones de malestar o de bienestar -que también las hay, y prefiero quedarme con estas- a una sola causa. Sin duda son muchas. Pero sí me atrevo a decirte que hay algo que puede estar sacudiendo nuestra rutina: la mutación acelerada y sus consecuencias.
-Me sorprende, maestro. Llevamos mucho tiempo sin hablar, pero no esperaba esa respuesta. En el 2012, mantuvimos una larga y profunda conversación sobre las distintas Teorías que interpretaban, incluso con todo lujo de detalles, lo que iba a aconteder. Recuerdo haberle oído decir que la teoría que más le gustaba, de las muy diversas que había en el mercado, era la que sostenía que la transformación, el cambio, no era algo que se iba a producir desde fuera de nosotros, sino desde dentro. Y acabó aquella mañana diciéndome, si mal no recuerdo: Y no olvides que el cambio, la mutación, la metamorfosis -da igual el nombre que le demos-, es una ventana que se abre desde dentro. Y me permito asegurarte que con la llave del silencio. Por favor, dígame a qué se refiere con ese término de "mutación acelerada".
-Si, es bueno remitirnos a aquella conversación. Hablamos, en aquel entonces, de las distintas Teorías (según mi entender), verdades científicas (para muchos), más o menos catastróficas o deterministas. Hoy, con la perspectiva de año y medio hacia atrás, la mayor parte de esas predicciones se han sumergido en el silencio. Todo parecía que iba a ocurrir a nivel físico. Tiene su cierta lógica. Para nosotros, seres sometidos a las limitaciones del espacio y del tiempo, el fin de algo lo entendemos como muerte. Para interpretar los acontecimientos venideros, en especial un acontecimiento de tamaña magnitud, siempre nos apoyamos en lo que ya conocemos, es lógico. Lo que no es tan lógico es que nos sintamos tan seguros haciendo afirmaciones sobre lo que va a ocurrir, cómo y cuándo. ¡Cuánto nos cuesta aceptar la incertidumbre y nuestras limitaciones!
-Si, es cierto. Yo mismo defendí teorías o verdades que hoy no se sostienen. De todo aquello, ¿ qué es lo que queda, según su opinión?
-Lo fundamental, la base. Los fenómenos físicos o astronómicos que han ido ocurriendo, antes y después de la fecha establecida, 21 de diciembre de 2012. Las consecuencias de nuestro viaje al centro de Nuestra Galaxia, el cambio del magnetismo de la tierra, el cambio de su frecuencia vibracional y, por consiguiente, de nuestra frecuencia vibracional. Y eso, lo que viene ocurriendo ya, ahora, día a día, minuto a minuto, puede muy bien ser causa, no la única, de lo que nos está pasando. Y esa mutación, cambio o metamorfosis que se está operando en la tierra, en nosotros, es lo suficientemente fuerte y rápida como para estar desconcertados con tanto fenómeno atmosférico y con tanta enfermedad o alteración de nuestro comportamiento, de nuestra forma de ser.
Quienes somos padres y abuelos sabemos que cada estirón de crecimiento que han dado nuestros hijos y nietos ha venido acompañado de una aparente enfermedad, incluso con fiebres altas y difíciles de controlar. Al final, pasados unos días, comprobábamos que sólo teníamos que preocuparnos de comprar ropa nueva, unas tallas mayores.
-Me gusta esa imagen. Resulta consoladora. Pero, ¿es realmente un estirón de crecimiento lo que se está produciendo?
-Sin duda. Yo lo siento así. Hay también algunas teorías, mas o menos peregrinas, que afirman, de forma optimista y consoladora, que en esta segunda parte del proceso, a partir del 21 de diciembre de 2012, se nos está preparando un nuevo software, con alteraciones importantes en nuestro ADN. Alguien (Padre-Madre, Energía Crística o qué se yo) tiene la misión de hacernos un reseteo, dicen, para efectuarnos la implantación de ese software con el nuevo ADN. Todas esas teorías y elucubraciones son respetables, pero no siento la necesidad de compartirlas. Sabes que a mi el intervencionismo divino no me va, me resisto a ser salvado por alguien, desde arriba o desde abajo me da igual. Siento que la fuerza de transformación nos viene desde dentro. Y cuando digo dentro, mas que a un dentro físico me refiero al dentro solidario del ser.
-Pero, de una forma u otra, la mutación se va a producir.
-Se está produciendo, sin duda. Muchos teóricos del tema ponen nuevas fechas topes por esa necesidad que tenemos de concretar y elucubrar. Pero ya está aquí. La sentimos. La notamos de forma desconcertante. Al ser tan acelerada y tan radicalmente opuesta a nuestras costumbres, creencias y paradigmas, sentimos una sensación de salto al abismo, al vacío, que nos hace dudar, que nos desconcierta. La idea del reseteo, tomada de la informática, no está mal. Hacernos un reseteo supondría eliminar todos nuestros pensamientos, creencias, paradigmas, palabrería, sentimientos. Sería una puesta a cero, así, de la noche a la mañana, como quien dice, y despertarnos con la mutación acabada, totalmente transformados, ¡qué bien!. Como sueño no está mal. Pero hay que ser realistas. Y nuestra realidad es que algo está pasando, que no sabemos exactamente qué y que estamos sufriendo - o gozando- las consecuencias de ese drástico cambio que lo sentimos y que nos inquieta, llevándonos, a veces, al desconcierto. La mutación es algo que se está produciendo ya, día a día, sin esperar fechas ni intervención de nadie, de forma inevitable.
- ¿Qué quiere decir con de "forma inevitable"?
-El cambio es un cambio de todo el planeta, de la tierra en su totalidad. Y nosotros somos tierra. No huéspedes de esta tierra, como suele decirse. Somos tierra y pertenecemos a ella. Mutamos con la tierra, a mi entender, y no podemos oponernos a ello. Sabes que a mi no me preocupa ese término o salvedad con el que se han obsesionado siempre los católicos y que denominan "libre albedrío". Si la tierra está modificando su magnetismo, nuestro magnetismo se está modificando inevitablemente, porque (me gusta repetirlo) SOMOS TIERRA. No creo que el cambio sea privilegio de unos pocos o unos muchos que se lo hayan merecido o que hayan sacado el pase a tiempo. Igual que no creo que Nadie lo esté dirigiendo y decidiendo quienes, cómo y cuándo. Pero esta es mi opinión, mi concepción, mi sentir.
-Y siente que esa es la causa de cuanto esta pasando a nuestro alrededor. Y yo le pregunto ¿qué tenemos que hacer, si hay que hacer algo?
-No hay que hacer nada, en el sentido o significado taoísta del Wu wei. La mutación o cambio se produce desde dentro, siguiendo un proceso imparable. Sólo nos queda estar atentos para saber leer los acontecimientos, para saber interpretar lo que nos está ocurriendo. El proceso nos va a hablar de caducidad de nuestros criterios y creencias, de inestabilidad, de incertidumbre. Y, además de escuchar, hay que aceptar. Aceptación de nosotros mismos, de aquellos cambios que se están operando en nosotros y que nos resultan incomprensibles; aceptar lo inaceptable. Y como quehacer prioritario yo te diría que practicaras todos aquellos ejercicios que te lleven a sintonizar y a armonizarte más con la tierra, todo lo que te lleve a una disponibilidad y apertura serena a la mutación inevitable y transformadora.
-Como el silencio, la meditación, el chi kung, el tai chi... Gracias, maestro Zhao.
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