EJERCICIO PARA TOMAR CONCIENCIA DE TI MISMO, AQUÍ.


Encuentra un sitio tranquilo y cómodo. Puede ser sencillamente la esquina de un dormitorio o estudio. 

Acomódate en una silla o, si lo prefieres, siéntate con las piernas cruzadas sobre un cojín en el suelo.
Asegúrate de no tener la espalda apoyada y de que esté erguida pero no tensa. Inclina la cabeza hacia abajo, de modo que tu mirada caiga de manera natural unos noventa centímetros delante de ti.

Cierra los ojos. Posa las manos en tu regazo o sobre las rodillas. 

Comprueba si quedan puntos de tensión en tu cuerpo: los hombros, el cuello, alrededor de los ojos. Relájalos. 

Toma conciencia de tu contacto físico con el suelo. Asegúrate de estar en una posición firme y equilibrada. 

Nota la sutil polifonía de sonido a tu alrededor, advierte cualquier sensación en el cuerpo, sé consciente de tu estado de ánimo en el momento. No juzgues estas cosas o trates de cambiarlas: acéptalas como son.    

Inspira tres veces de manera prolongada, lenta y profunda. 
No imagines la respiración como alguna cosa invisible que entra y sale por tus fosas nasales; observa las sensaciones físicas (incluso las triviales como el contacto fluctuante de tu piel con tu camiseta) que constituyen el acto de la respiración. Y deja que la respiración recobre su propio ritmo, sin interferir en ella ni controlarla. Simplemente permanece con ella, dejando que la mente se asiente en el oleaje de la respiración, como una barca fondeada, elevándose y cayendo dulcemente con el mar. 

Haz esto durante diez minutos.

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Puede que este ejercicio no sea tan sencillo como parece. No importa lo fuerte que sea tu determinación de estar presente y concentrado, es difícil evitar que la mente se desvíe y se vaya a recuerdos, planes o fantasías. Puede que pasen varios minutos antes de que notes siquiera que te has distraído.    

Normalmente no somos conscientes del grado hasta el que nos distraemos, por la sencilla razón de que la distracción es un estado de inconsciencia. 

Este tipo de ejercicio puede forzarnos a reconocer que durante gran parte del tiempo pasamos por alto lo que está sucediendo aquí y ahora. Estamos reviviendo una versión revisada del pasado, planeando un futuro incierto o dándonos el gusto de estar en otra parte. O yendo en piloto automático, sin ser conscientes en absoluto.

Stephen Batchelor en  Budismo sin creencias

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