LA FLECHA ENVENENADA



Al parecer, Buda le contó esta historia a uno de sus alumnos más impacientes. El joven estaba deseoso por conocer respuestas a sus múltiples preguntas.

Y Buda le contó que, una vez, hubo un hombre que había sido herido por una flecha envenenada.
Cuando sus familiares quisieron buscar un médico para que le ayudara, se negó.

El herido de muerte dijo que, antes de que ningún médico tratase de ayudarle, quería saber quién había sido el hombre que le había atacado, a qué casta pertenecía y cuál era el lugar de origen del mismo. También quiso conocer su altura, su fuerza, el tono de su piel, el tipo de arco con que disparó y si su cuerda se había fabricado con cáñamo, seda o bambú.

Así, mientras continuaba queriendo saber si las plumas de la flecha eran de buitre, pavo real o halcón, y si el arco era común, curvo o de adelfa, murió antes de saber la respuesta a ninguna de sus preguntas.

Centra tu atención en lo realmente válido.



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