Dos confucionistas mayores, ZHANG WEN PU y JI RU AI, profesores en el municipio de XIAN, un día, salieron a caminar entre una aldea al norte y una al sur de XIAN. Poco a poco se alejaron de la escuela internándose en un campo baldío, cercano a un cementerio.
Justo en ese momento, un señor de edad avanzada, bien vestido y con bastón, apareció y los saludó. Sentáronse los tres, debajo de un árbol; el anciano les dijo:
- Ustedes dos son confucionistas, ¿cómo pueden creer en la existencia de fantasmas?
Pusiéronse a hablar sobre el moralismo de ZHU TZE y las relaciones dialécticas de las energías YIN y YANG. El anciano comentó a los maestros con palabras elegantes, lógicas y claras y con intuición creativa. Los dos profesores lo admiraron por su erudición, pero ninguno le preguntó su nombre. Cuando pasaban por la vía dos vehículos tirados por búfalos, el viejecito se puso en pie y arregló su traje, diciendo:
- Si no hubiera negado la existencia de los fantasmas, no habría podido hablar con ustedes dos, toda la tarde. Me siento muy solo en el otro mundo... Les pido que disculpen el engaño.
Y dicho esto, desapareció el fantasma erudito.
(Cuento chino de autor desconocido)
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