VIVIENDO LA VIDA ZEN: La Hora del Café


Irónico,  ¿cierto?  Está  sentado  bebiendo  una  taza  de…  bueno…  seamos  honestos:  cafeína.  La  sustancia  que  lo  despierta  por  la  mañana  y  lo  revive  en  la  tarde.  Es  la  misma  sustancia en la que va  a meditar para calmarlo y  hacerlo  más  consciente de su entorno y sus acciones. 

Para ser justos, usted no necesita beber café con cafeína.  Descafeinado está bien. Usted ni siquiera necesita beber café, en  absoluto, para  que  esta  meditación  sea  efectiva.  Puede  disfrutar de una taza de té o incluso chocolate caliente. Y usted  lo disfrutará como nunca antes lo hizo. 

 Ahora  que  hemos  pasado  el  momento  de  sorpresa  e  ironía  de  esto,  aprendamos  a  cómo  transformar  nuestro  café  diario en una experiencia Zen diaria: 

1.- Realice esta actividad solo.  

Oh,  puede  que  usted  se  vea  tentado  a  compartir  sus  beneficios con otras personas. Sin embargo, si lo hace, su estado  de meditación tranquila puede convertirse en una cháchara. Si  bien  usted  puede  hacerlo  en  público  (por  ejemplo  en  su  cafetería preferida), es mejor si se sienta solo. 
  
2.-Antes  de  siquiera  haber  empezado,  dé  las gracias por esta experiencia. 
   
3.-Coloque sus manos alrededor de la taza. Tome conciencia de las sensaciones. 
  
Así es. Abrace la taza con ambas manos. Sienta el calor  en  sus  palmas.  ¿Qué  sentimientos  traen  a  su  mente  estas  sensaciones?  Simplemente  tome  conciencia  de  ellos,  no  los  juzgue como malos o buenos, tristes o felices. 
  
4.-Coloque la taza caliente cerca de su nariz.  
   
Respire su aroma. Tome conciencia total de cómo esto lo  hace sentir, sin juzgarlo. 

5.-Lentamente  coloque  sus  labios  en  la  taza  y  tome un pequeño sorbo.   

Asegúrese de estar al tanto de la sensación del café (o té  o chocolate) a medida que baja por su garganta. Nuevamente,  no lo juzgue, simplemente percátese de ello. Muy a menudo nos  tomamos  todo  el  café  rápidamente,  mientras  vamos  saliendo  por la puerta, o lo bebemos con prisa, en el camino al trabajo. 
  
6.-Respire.  
  
Después  del  primer  sorbo,  respire  profundamente  de  forma meditativa. Respire desde su diafragma. Sienta cómo su  abdomen sube y baja. Repita la respiración tres veces. 

7.-Tome conciencia de su cuerpo y su entorno.  
  
Nuevamente, limítese a observar lo que le rodea (puede  seguir inhalando el aroma del café a través de todo esto). 
  
Repita  esto  con  cada  sorbo  de  café  que  tome.  Su  meditación  termina,  ha  bebido  suficiente  café.  

Esta  es  una  excelente  manera  de  empezar  su  día,  incluso  antes  de  su  meditación Zen formal. 

 Jennifer Brooks en La Magia de la Meditación Zen
  

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