Cuando uno se da cuenta de las múltiples implicaciones que envuelve el acudir a otros, esa libertad misma es el principio de la creatividad.
Esa libertad es la verdadera revolución, y no la falsa revolución de los arreglos sociales o económicos, la cual es otra forma de esclavitud.
Esa libertad es la verdadera revolución, y no la falsa revolución de los arreglos sociales o económicos, la cual es otra forma de esclavitud.
Nuestras mentes fabrican pequeños castillos de seguridad. Queremos estar seguros de todo, seguros de nuestras relaciones, de nuestras realizaciones, de nuestra esperanza y de nuestro futuro. Nos construimos estas prisiones internas, y ¡pobre del que nos perturbe!
Es extraño cómo la mente está buscando siempre una zona en la que no haya ningún conflicto ni perturbación alguna. Nuestro vivir es la constante destrucción y reconstrucción, en diferentes formas, de estas zonas de seguridad. De este modo nuestra mente se embota y se desgasta. La libertad consiste en no tener seguridad de ninguna clase.
Es realmente asombroso poseer una mente silenciosa y muy serena, en la que no haya ni una onda de pensamiento. Desde luego, la quietud de una mente muerta no es una mente en calma. La mente suele aquietarse por la acción de la voluntad. Pero, ¿puede alguna vez permanecer profundamente silenciosa en la totalidad de su estructura? Es realmente maravilloso lo que ocurre cuando la mente se encuentra de este modo silenciosa. En ese estado cesa toda conciencia como conocimiento y reconocimiento. La búsqueda instintiva de la mente, la memoria, ha llegado a su fin. Y es muy interesante observar cómo la mente hace todo lo posible para capturar ese estado inexpresable por medio del pensar, de la verbalización, del perfeccionamiento de los símbolos.
Pero para que este proceso termine de manera natural y espontánea, es preciso morir para todas las cosas. Uno no desea morir, y así siempre se está desarrollando una lucha, y a esta lucha la llamamos vida. Es curioso cómo casi todos quieren impresionar a otros, con sus logros, con sus capacidades, con sus libros, por cualquier medio, buscan afirmarse a sí mismos.
¿Cómo está todo?
¿Son sus días más rápidos que la lanzadera de un telar?
¿Vive usted en un solo día un millar de años?
Es curioso, pero para la mayoría de las personas el aburrimiento es una cosa muy real; tienen que estar haciendo algo, tienen que ocuparse en alguna cosa, una actividad, un libro, la cocina, los “Hijos de Dios”. De lo contrario, están consigo mismas, y eso es muy aburrido. Cuando están consigo mismas se vuelven egocéntricas, malhumoradas o se enferman.
Una mente desocupada –no es una mente por completo vacía- es una mente fresca capaz de posibilidades infinitas. Los pensamientos son fatigosos, carecen de creatividad y son más bien lerdos. Un pensamiento puede ser hábil, pero la habilidad es como un instrumentos afilado, pronto se desgasta; y es por eso que las personas hábiles están embotadas.
Deje que exista una mente vacía sin trabajar deliberadamente para ello. Deje que eso suceda, no lo cultive. Lea esto con atención y permítale que ocurra. Leer o escuchar acerca de la mente vacía es importante, y es fundamental cómo lee usted y cómo escucha.
Es importante tener la correcta clase de ejercicios, un buen dormir, y un día que sea significativo. Pero nosotros nos deslizamos fácilmente en una rutina, y entonces funcionamos en el cómodo patrón de la satisfacción personal, o en el patrón de una rectitud que nos imponemos a nosotros mismos. Todos estos patrones conducen inevitablemente a la muerte, un lento marchitarse de la vida. Pero tener un día rico, en el cual no haya compulsión, ni miedo, ni comparación, ni conflicto, sino un estar sencillamente alerta, tener un día así es ser creativo.
Vea, hay raros momentos en que sentimos esto, pero la mayor parte de nuestra vida se compone de recuerdos corrosivos, de frustración, de esfuerzos inútiles, y lo verdadero pasa inadvertido junto a nosotros. La nube del embotamiento lo cubre todo, y lo verdadero se desvanece. Es realmente muy arduo atravesar esta nube y emerger a la pura claridad de la luz. Sólo vea esto, y es todo.
No “trate” de ser sencilla. Este tratar de ser, solamente engendra complejidad y desdicha. El tratar de ser esto o aquello, es el devenir, y el devenir es siempre el deseo con sus frustraciones.
¡Qué importante es librarse de todo choque emocional, psicológico, lo cual no implica que uno hay de volverse insensible contra el movimiento de la vida. Son estos choques emocionales los que gradualmente erigen diversas resistencias psicológicas que también afectan al cuerpo, generando distintas formas de enfermedad.
La vida es una serie de acontecimientos (deseados o no deseados); y en tanto seleccionemos, escojamos lo que debemos retener y lo que debemos descartar, tiene que haber inevitablemente conflicto (de dualidad), que es el choque emocional. Estos controles insensibilizan la mente, el corazón; es un proceso de encierro egocéntrico y, por lo tanto, hay sufrimiento. Permitir el movimiento de la vida sin que haya opción ni impulso particular alguno –deseable o no deseable- que eche raíces, requiere una enorme percepción alerta. No es cuestión de tratar de estar alerta todo el tiempo, lo cual es muy fatigoso, sino comprender la necesidad de que haya una verdadera percepción alerta; entonces verá que la misma necesidad opera sin que usted se fuerce para estar alerta.
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