Dos niños patinaban en un lago congelado.
Era una tarde nublada y fría.
Los niños jugaban despreocupados.
De repente, el hielo se quebró y uno de los niños se cayó, quedando preso en la grieta del hielo. El otro, viendo a su amigo preso y congelándose, se quitó un patín y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas hasta que, por fin, consiguió romperlo y liberar al amigo.
Cuando los bomberos llegaron y vieron lo que había pasado, preguntaron al niño:
-¿Cómo lo hiciste? ¡Es imposible que consiguieras partir el hielo con el patín, siendo tan pequeño y con tan pocas fuerzas!
En ese momento, alguien que pasaba por allí, comentó.
-Yo sé cómo lo hizo.
-¿Cómo? - Le preguntaron.
-Es sencillo, no había nadie para decirle que no era capaz de hacerlo.
(Anécdota atribuída a Albert Einstein)
Fuente: Banco del Tiempo Aljarafe
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