Había, una vez, una persona mala, perversa, que decidió hacer un regalo a una persona pobre, por su cumpleaños. Preparó, con mucha maldad, una bandeja llena de basura y desperdicios, la envolvió, le colocó un vistoso lazo y una etiqueta con las palabras "¡FELIZ EN TU DÍA!"
Mandó entregar el regalo en presencia de todos. El agasajado recibió el presente con mucha alegría y, lleno de agradecimiento, pidió al emisario que le esperase, por favor, porque quería corresponder a tanta gentileza.
Tiró la basura, lavó la bandeja, la colmó de flores, y la devolvió con con un papel, donde decía:
-"Cada uno da lo que posee."
Fuente: Los cuentos que yo cuento
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