EL SILENCIO
Las olas mentales le piden tanto al Silencio...
Pero no contesta,
no da respuestas ni argumentos.
Es el autor oculto de todos los pensamientos,
de todas las sensaciones,
de todos los momentos.
Silencio.
Sólo dice una palabra.
Y esa palabra es esta existencia.
Ningún nombre lo roza, lo atrapa.
Ningún entendimiento puede abrazarlo.
La mente se abalanza sobre el Silencio,
pidiéndole que le deje pasar.
Pero ninguna mente puede penetrar
su radiante oscuridad,
su pura y sonriente nada.
La mente se precipita
sobre preguntas sagradas.
Pero el Silencio permanece inamovible
ante los torbellinos.
Sólo pide la nada.
La nada.
Pero no se la darás
porque es la última moneda de tu bolsillo.
Y preferirías darle tus peticiones
antes que tus manos sagradas y vacías.
Todo salta celebrando el misterio,
pero sólo la nada entra en la fuente sagrada,
la sustancia silenciosa.
Sólo la nada es tocada, y se vuelve sagrada,
se hace consciente de su divinidad,
se hace consciente de lo que es,
sin la ayuda de ningún pensamiento.
El Silencio es mi secreto.
No está oculto.
No está oculto.
Adyashanti
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