El Zen es un camino práctico para devenir plenamente consciente y revelar la verdadera naturaleza del ser. Para saber lo que el Zen es, y especialmente lo que no es, no hay otra alternativa que practicarlo.
En este sentido, los maestros Zen suelen afirmar:
Para muchas personas, el Zen se ha convertido en un asunto relacionado con lo más profundo de sus vidas.
¿Existe alguna doctrina o texto institucional sobre el Zen?
El Zen nunca fue institucionalizado. En realidad, muchos de sus antiguos exponentes fueron individualistas universales que no pertenecieron a organización alguna ni buscaron el reconocimiento de una autoridad formal.
De todas formas, algo se podrá concretar acerca del ZEN ¿es una religión o una filosofía?
El Zen es una práctica y una concepción de la vida. No es una religión ni una filosofía. No es una psicología o cierto tipo de ciencia.
Es un ejemplo de lo que se reconoce como un “camino de liberación”.
Por fortuna o por desgracia, el Zen es sobre todo una experiencia de carácter no verbal, absolutamente inaccesible por medios literarios o eruditos.
Pero tal espontaneidad ¿no resulta abandono y descontrol?
En los primeros tiempos de la educación se pone en juego el control de todos los movimientos y emociones, se disciplina el apego, la queja y la reacción impulsiva. Es decir, se construye un ego equilibrado y lógico. Más tarde, en el camino de vuelta, se vivencia la pureza de la espontaneidad original.
¿Puede poner un ejemplo?
Cuando aprendemos a conducir, debemos controlar todos los movimientos de manos y pies. Cualquier paso está calculado y debe ser preciso. Más tarde cuando ya hemos incorporado la enseñanza, brota la espontaneidad de movimientos que precisamente convierten la conducción en una acción espontánea que tiende a ser pura maestría.
Observo que la acción es lo que prima en el Zen
“Al caminar, solo camina,
al estar sentado, sólo siéntate,
al comer, come,
y, sobre todo, no vaciles”.
La cualidad esencial de la naturalidad consciente es la sinceridad de la mente indivisa que no tiembla ante alternativas.
“Cualquier cosa que tu mano quiera hacer, hazlo con todas tus fuerzas.”
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Fuente: Espiritu y Zen
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