Había, una vez, un hombre muy rico, y un hombre muy pobre.
Un día, el hombre rico subió a una montaña con su su hijo y le dijo:
- ¡Mira, todo eso que ves, allá abajo, un día será tuyo!
Otro día, subió el hombre pobre, también con su hijo, y le dijo:
- ¡Mira...!
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