El autoconocimiento ha necesitado de caminos iniciáticos, de pruebas difíciles, porque ha visto en el ego un obstáculo a salvar. Pero el ego nunca ha sido un impedimento para nuestro crecimiento personal, lo han sido los programas, la educación, que hemos introducido en él, que le han desconectado de nuestra esencia, haciéndole sentir abandonado y perdido.
La Dualidad nos ha hecho confundir el ordenador con los programas, no tenemos que apartar el ego, ni marginarlo, tan sólo hay que reeducarlo con creencias que le permitan conectar con nuestra esencia, que le hagan sentir como una parte nuestra de pleno derecho.
No es posible un auténtico crecimiento espiritual marginando a una de nuestras partes , contemplándola como un hijo “bastardo” de nuestra propia conciencia.Ningún padre considera inferior a su hijo pequeño porque sepa menos cosas de la vida que él.
No consideremos inferior a nuestro ego porque ignore muchas cosas, sintamos su ignorancia, como lo haríamos con nuestro hijo, como inocencia.
Si querremos que nuestro crecimiento sea un encuentro con nuestro corazón tenemos que empezar por amar a nuestro ego.
Carlos Gonzalez en La caja e Pandora
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