"Las personas son como las ventanas con vidrieras: a la luz del sol brillan y relucen, pero en la oscuridad sólo son bellas si algo en su interior las ilumina" Elisabeth Kübler-Ross
Puede ser que para muchos resulte más fácil andar apagados por la vida, más cuando el entorno es oscuro, se acostumbran a no mirar mucho, a no reconocer la luz en los otros y a olvidar la capacidad de brillar que ellos mismos tienen.
Pero para quien pasa la vida sin mostrar su luz, termina transitando sin poder distinguir mucho a su alrededor, sin entender que si ellos son fuente de luz, todo a su alrededor irremediablemente se iluminará.
Todos tenemos la capacidad de brillar con luz propia, aunque algunos solo se acerquen a la luz de otro, o peor piensen que para brillar ellos, deben opacar el brillo de los demás. La luz nunca sobra, podemos brillar todos al mismo tiempo y nadie se encandilará, solo quienes no se sienten capaces de brillar podrán sentir envidia o bien podría resultar estimulante para hallar en ellos lo que pueden ver en los demás.
No importa qué tanta oscuridad percibas a tu alrededor, tú tienes la opción de dar lo mejor de ti, de proyectar bondad, de ser empático, de colaborar, de aportar soluciones, de pensar un poco en cómo pueden tus acciones favorecer una situación, aun cuando ni siquiera te pertenezca. Siempre tienes oportunidad de decidir qué de ti quieres darle a quienes te rodean.
Para estimularte un poco, solo voy a recordarte que aquello que das, es lo que recibes de vuelta, así que sin enfocarte mucho en el negocio, puedes ver el dar lo mejor de ti como una inversión.
No podemos ofrecer algo diferente a lo que somos, no podemos dar nada que no tengamos, así que debemos comenzar por cultivar nuestro interior, alimentar lo que nos gustaría que creciera y ofrecerle a quienes pertenecen a nuestras vidas algo positivo para sus vidas.
Que nadie se aleje de ti arrepentido por haberse tropezado en tu camino, que quienes estén a tu lado te quieran y respeten, que te valoren, que sea tu luz la que te identifique y si alguien debe marcharse de tu lado, que te recuerde bonito, que extrañe esa luz que le aportabas y que aun en la distancia sienta lo cálido de tu corazón.
La mejor manera de pasar por la vida de alguien es dejando huellas, sin dejar cicatrices… Así que toca con sutileza el alma de quienes transiten trayectos a tu lado y proyecta toda la luz que tienes para dar, esa es tu esencia, tu verdadera naturaleza.
Sara Espejo, en Rincón del Tibet
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