-El monje Shinso me preguntó a dónde
había ido cierto monje muerto, y yo le contesté que era como el hielo
que se convierte en agua.
-Gensha dijo:
-Está bien, pero yo no
hubiera respondido de este modo.
-¿Qué hubieras dicho?
-Es como agua volviendo al agua.
El libro Being nos
presenta otra deliciosa respuesta a esta pregunta:
En una ocasión, el peregrino Vacchagotta le preguntó
a Buda:
-Señor ¿qué le sucederá al Iluminado tras la
muerte? ¿A dónde irá?
Buda dijo:
-Peregrino, haz un fuego con las ramas que hay por el suelo.
Así lo hizo,
y encendió el fuego. Entonces, Buda dijo:
-Ahora, échale
más ramas.
Lo hizo, y Buda le preguntó:
-¿Qué
pasa?
Vacchagotta respondió:
-Hay un buen fuego.
Y Buda dijo:.
-Ahora deja de echarle ramas.
Pasado un
rato, el fuego se extinguió. Buda le preguntó:
-¿Qué ha
pasado con el fuego?
-El fuego se ha extinguido,
Señor
-Bien, ¿a dónde ha ido? ¿Hacia
delante? ¿Atrás? ¿A la derecha? ¿A la izquierda? ¿Abajo
o arriba?
El peregrino contestó:
-No, simplemente se
ha extinguido.
-Exacto. Esto es lo que
pasará con el Iluminado tras la muerte.
Cuando se deja de echar ramas al fuego del deseo apasionado, del
anhelo, del afán, el fuego se extingue. Puesto que no existe karma
alguno creado por un maestro de esta clase, nada necesita renacer.
Fuente: "Despedidas Elegantes"
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