Nuestras intenciones son una manifestación del Universo total porque nosotros somos parte de él; además, contienen en sí mismas los elementos necesarios para su cumplimiento. Todo lo que necesitamos realmente es claridad en nuestra intención.
Si podemos quitar al ego del camino, las intenciones se cumplirán por sí mismas. Nuestras intenciones atraen los elementos y fuerzas, los sucesos, las situaciones, las circunstancias y las relaciones necesarias para alcanzar su resultado.
Si podemos quitar al ego del camino, las intenciones se cumplirán por sí mismas. Nuestras intenciones atraen los elementos y fuerzas, los sucesos, las situaciones, las circunstancias y las relaciones necesarias para alcanzar su resultado.
De hecho, no tenemos que participar en los detalles; esforzarse demasiado puede resultar contraproducente. La inteligencia no circunscrita sincroniza los actos del Universo para cumplir tus intenciones por ti.
La intención es una fuerza natural como la gravedad, pero más poderosa. Nadie tiene que concentrarse en la gravedad para que ésta actúe. Nadie puede decir: «No creo en la fuerza de gravedad» porque es algo que actúa en el mundo, la entendamos o no. La intención funciona de la misma manera.
La intención es una fuerza natural como la gravedad, pero más poderosa. Nadie tiene que concentrarse en la gravedad para que ésta actúe. Nadie puede decir: «No creo en la fuerza de gravedad» porque es algo que actúa en el mundo, la entendamos o no. La intención funciona de la misma manera.
A manera de ejemplo, piensa en alguna ocasión en la que hayas querido recordar alguna cosa relativamente banal, el nombre de una persona o el título de un libro. Lo tenías en la punta de la lengua, pero no podías recordarlo. Una vez que haces memoria echas a andar una intención, pero mientras más te esfuerzas, más inasequible parece la información. Sin embargo, si logras quitar a tu ego del camino y abandonas el procedimiento de rememoración, tu intención pasa al ámbito virtual y a su poder infinito de organización. Aun cuando tú hayas pasado a otros pensamientos, el ámbito virtual sigue buscando la información sin tu participación consciente. Más tarde, cuando estás a punto de dormir o viendo una película, el nombre que con tanto esfuerzo tratabas de recordar simplemente salta a tu conciencia. Este ejemplo ordinario ilustra la manera en que funciona la intención. Todo lo que tenemos que hacer es generar la intención y dejar que el Universo se haga cargo.
La única preparación o participación que se requiere para liberar el poder de la intención es la conexión con el campo de inteligencia consciente. Ésta puede lograrse de muchas maneras, pero una de las mejores es la meditación. Cuando una persona alcanza cierto nivel de conciencia, cualquier cosa que intente empieza a ocurrir. Hay personas que están tan vinculadas con el campo de inteligencia consciente que cada una de sus intenciones se manifiesta. El Universo entero se organiza alrededor de ellas.
Lo anterior no quiere decir que todas sus intenciones personales se cumplan; más bien que las personas que están conectadas con el campo de inteligencia consciente adoptan las intenciones del Universo. Sus intenciones se cumplen, porque la mente cósmica está utilizando esas intenciones para satisfacer sus propios deseos.
Lo anterior no quiere decir que todas sus intenciones personales se cumplan; más bien que las personas que están conectadas con el campo de inteligencia consciente adoptan las intenciones del Universo. Sus intenciones se cumplen, porque la mente cósmica está utilizando esas intenciones para satisfacer sus propios deseos.
Debemos buscar oportunidades para hacer uso de las intenciones, porque la sociedad no las ofrece. Si eres como la mayoría de las personas, no tendrás muchas oportunidades de ir a un retiro en la montaña para concentrarte en el desarrollo de tu espíritu. Lo más seguro es que tengas un momento libre cuando estés atorado en el tráfico o cuando esperes una importante llamada telefónica en tu oficina. Éstas son oportunidades para practicar la conciencia atemporal y la intención espiritual.
Una intención no es un simple capricho. Requiere atención y también desapego. Una vez que has generado la intención conscientemente, debes ser capaz de desvincularte del resultado y dejar que el Universo se ocupe de los detalles de su cumplimiento. De otra manera, el ego se interpone y enturbia el proceso. Si tu intención no se cumple tan rápido como quisieras, te sentirás frustrado; tu sentido de autosuficiencia puede sentirse amenazado o quizá empieces a experimentar lástima por ti mismo. En la naturaleza, la intención elabora su propio cumplimiento. Lo único que puede interferir es que esté dominada por los deseos de tu propio ego y por intereses totalmente egoístas.
Por supuesto, la mejor manera de lograr que cada una de tus intenciones se cumplan consiste en ajustarlas a la intención cósmica, en crear una armonía entre lo que tú quieres y lo que el Universo quiere para ti. Una vez que surja esta congruencia comprobarás que la sincronicidad empezará a desempeñar un papel importante en tu vida.
La mejor manera de crear esa armonía es fomentar una sencilla actitud de gratitud. Reconoce tu gratitud por todo lo que hay en tu vida. Da gracias por tu lugar en el cosmos y por la oportunidad que tienes de promover el destino que compartimos todos.
La mejor manera de crear esa armonía es fomentar una sencilla actitud de gratitud. Reconoce tu gratitud por todo lo que hay en tu vida. Da gracias por tu lugar en el cosmos y por la oportunidad que tienes de promover el destino que compartimos todos.
Parte de crear armonía, implica abandonar cualquier tipo de aflicciones; éstas provienen del ego. Los animales no tienen problemas con rencores ni aflicciones; sólo los humanos cargamos la intención con toda clase de bagajes emocionales. Debes dejar atrás todo eso para poder crear una intención pura.
Deepak Chopra, en "Sincro Destino"
No hay comentarios:
Publicar un comentario