EL ZEN Tiene su origen en China, pero el camino del Zen está fuertemente arraigado en el suelo natal de la India.
Hay una tendencia a referirse al Yoga y al Zen conjuntamente como caminos de meditación oriental. Y en cierto modo, las similitudes entre ambos son ciertamente incuestionables.
La raíz de la palabra yoga significa “poner un yugo”, unir. Y en realidad, el Zen y el Yoga en su entrenamiento central mantienen al unísono las mismas tres bases: la postura sedente, la respiración y la concentración.
La raíz de la palabra yoga significa “poner un yugo”, unir. Y en realidad, el Zen y el Yoga en su entrenamiento central mantienen al unísono las mismas tres bases: la postura sedente, la respiración y la concentración.
La experiencia Zen se caracteriza por un despertar que, atravesando las capas de la mente consciente y racional, accede al Ser transobjetivo, autentica experiencia de la Realidad. Realidad con mayùsculas, la que está mas allá de toda definición mental. Conciencia pura.
El Zen nace en China, como producto de la fusión del Budismo de la India con la cultura Taoísta china. El Zen llegó a China a los cuatrocientos años de la era cristiana. En realidad, el Zen como práctica y como camino surge a partir del matrimonio de las mentalidades china e india.
En Europa se tiene conocimiento de la práctica Zen en el siglo XX manifestando una formidable y silenciosa expansión.
El Zen es buscado por ser un camino de liberación interior, es decir una liberación de la atadura a las suposiciones y prejuicios que condicionan nuestra mente ordinaria. Desde el Zen, se observa la vida directamente con la plena espontaneidad original o calidad del sí mismo. ¿Cómo se puede vivir cada instante lo NUEVO si nuestra “gafa de ver y sentir” está inconscientemente condicionada por memorias y proyecciones? ¿cómo es posible vivir la sorpresa que cada momento trae si no se han previamente liberado de las memorias los conceptos encadenados a cada percepción? ¿cómo se puede experimentar el sí mismo con la frescura del “niño supraconsciente” abierto al momento presente?
"El sí mismo" es la identidad esencial u original que existe en una dimensión más profunda y más allá de la definición de las personas y las cosas. El sí mismo no es lo mismo que el ego individual o la persona con la que habitualmente vivimos identificados creyendo que somos; la experiencia del Ser es una experiencia profunda y total. En realidad, para que se produzca la liberación, el ego o persona que tiene nombre y que nace y que muere, se ve obligado a ceder espacio a una Conciencia de Totalidad que esté en comunión con la realidad de todas las cosas existentes.
Fuente: Espíritu y Zen
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