-Maestro, quiero ser rico. ¡Dame un consejo!
-¿Quieres ser rico?
Abre tus oídos y escucha y oye el murmullo de la brisa en las hojas de los arboles,
Abre tus narices y huele el aroma a tierra mojada por el rocío matinal,
Abre tus manos y siente el frío del día que comienza…
-¡Pero haciendo todo eso seré un poeta, si acaso, y nunca llegaré a ser rico!
-Precisamente, si no lo haces, nunca lo serás; y si lo haces, habrás preparado tus sentidos para reconocer la riqueza en cualquier situación que te encuentres y aprenderás a guardarla para ti.
Fuente: 4 grandes verdades
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