EL ARROYO


Un maestro zen iba caminando en silencio con uno de sus discípulos por un sendero de montaña. Cuando llegaron a un viejo cedro, se sentaron a su sombra para comer un poco de arroz y verduras. Después de comer, el discípulo, un monje joven que todavía no había encontrado la clave del misterio del zen, rompió el silencio preguntándole al maestro:

- Maestro, ¿Cómo puedo entrar en el zen? 

Estaba preguntando, por supuesto, cómo entrar en el estado de conciencia que es el zen. El maestro permaneció callado. Transcurrieron casi cinco minutos, mientras el discípulo aguardaba ansioso una respuesta. Estaba a punto de hacer otra pregunta cuando el maestro habló de pronto: 

- ¿Oyes el sonido de aquel arroyo de montaña? 

El discípulo no se había fijado en ningún arroyo de montaña. Había estado demasiado ocupado pensando en el significado del zen. Pero cuando se concentró en escuchar el sonido, su mente se fue callando. Al principio, no oía nada. Después, su pensamiento dejó paso a un estado de alerta acentuada, y de pronto oyó el murmullo apenas perceptible de un arroyuelo que había a lo lejos.

 - Sí, ahora lo oigo – dijo 

El maestro levantó un dedo y, con una mirada en los ojos que, de algún modo, era a la vez amable y feroz, dijo: 

- Entra al zen por ahí.



Eckart Tolle en Un nuevo Mundo ahora

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