Al salir el No-ser y el Ser de un fondo único,
no se diferencian más que por sus nombres.
Este fondo único se llama Oscuridad.
Oscurecer esta oscuridad,
he aquí la puerta de todas las maravillas.
Tao te king
Tanto lo que llamamos “malo” como lo que llamamos “bueno” vienen del mismo lugar. El Tao Te Ching dice que el origen de todo se llama “oscuridad”. ¡Qué nombre tan bello! (si hemos de ponerle un nombre).
La oscuridad es nuestro origen. En última instancia, lo abraza todo. Su naturaleza es el amor, y en nuestra confusión lo llamamos terror y fealdad, lo inaceptable, lo insoportable. Todo nuestro estrés es consecuencia de lo que imaginamos está dentro de esa oscuridad. Imaginamos la oscuridad como separada de nosotros mismos y proyectamos algo terrible en ella. Pero en realidad, la oscuridad es siempre benevolente.
¿Qué es “la oscuridad dentro de la oscuridad”? Es la mente que no sabe nada. Esta mente no-se es el centro del universo, es el universo; fuera de ella nada existe. La razón por la cual la oscuridad es el umbral a toda comprensión es que, una vez que comprendes la oscuridad, entiendes claramente que no hay nada separado de ti. Ningún nombre, ningún pensamiento puede ser verdad en última instancia. Todo es provisional; todo cambia. La oscuridad, lo innombrable, lo impensable, en eso se puede confiar absolutamente. No cambia, y es benevolente. Cuando comprendes esto, sólo te queda reírte. No hay nada serio acerca de la vida o la muerte.
Byron Katie
(Mil nombres para el gozo)
Fuente: Lecturas Adavaita
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