Emilio
Cuando decido ser, lo que decido ser soy. ¿Y si no decido ser?. Cuando no decido, cuando incluso ni decido ser, Soy.
Dos mundos conviven en este: el que Es, ajeno a “mi” decisión de ser; y el que creo por “mi” decisión de ser. El primero es el mundo del Yo Soy; el segundo, el mundo del yo soy. Ambos son divinos y maravillosos. Y los dos tienen sus propias reglas de juego.
El mundo del yo soy, creado por mi decisión de ser, es mi responsabilidad al cien por cien. Todo lo que en él ocurre, sucede y acontece es mi creación. Todo, absolutamente todo, es consecuencia de mi decisión de ser y proyección de lo que soy como consecuencia de esa decisión, haciendo que mi vida y todo lo que me rodea, sin excepción alguna, sean “espejos” de lo que he decidido ser (*). El mundo del yo soy es una colosal Matriz Holográfica que se ajusta y amolda en todo –espacio, tiempo, perfiles, personajes, eventos, circunstancias, límites,…- a lo que he decidido ser. Es un mundo mágico en el que todo es Verdad y nada es Real, pues todas las realidades son super-cuánticas y super-simétricas, mutan constante e interactivamente, ostentan perfiles holográficos y matriciales y son diferentes en función del observador, de su decisión de ser y de la evolución de su estado consciencial.
El mundo del Yo Soy es ajeno a cualquier Verdad e intrínseca y esencialmente Real. Precisamente por esto, no puede ser descrito con palabras, pues es inabarcable para la mente. El mundo del Yo Soy no puede ser pensado, sino Vivido. El mundo del Yo Soy esla Vida en toda su Pureza, sin aditivos materiales ni colorantes mentales. En él, Vivir es la exclusiva Experiencia. Por lo mismo, el mundo del Yo Soy es Amor.
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