La iluminación es un fenómeno sorpresa, que abre en el ser humano la puerta a la grandeza divina y que viene acompañado de dos cambios sustanciales: el desmoronamiento del ego y la trascendencia del ser, del mundo finito a lo Infinito.
Este afortunado acontecimiento no es producto ni de los conocimientos que la mente atesora, ni de la imaginación, ni del esfuerzo o la voluntad empleados para cumplir un propósito o alcanzar un ideal.
Nadie puede ofrecernos la iluminación. Ningún santo, maestro ni profesor puede dárnosla de ninguna manera ni bajo ninguna forma o aspecto.
La iluminación es el premio a tu trabajo contigo mismo, y el vacío psicológico representa tanto el punto de partida como la compleción de cada acción.
Una vez que has descubierto la vida verdadera, te transforma y, con ello, transforma a la humanidad entera, ya que en el Gran Todo —esencia real por sí y a través de sí mismo—, todo cuanto existe forma una única masa compacta, homogénea; por consiguiente, la transformación de una parte influye en la totalidad.
Ilie Cioara,
El silencio de la mente
Fuente: Advaitainfo
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