Platón en el Timeo había dicho que el cosmos era un gran animal divino compuesto por todos los seres, un vasto organismo de luz e inteligencia.
Esta es la versión de Plotino del cosmos como un organismo holístico, tomado de su ensayo sobre la Providencia, dentro de sus Enéadas:
Debido a que el mundo generado es un colectivo integral, si aplicamos los oídos de nuestro intelecto, podremos escucharlo tal vez dirigiéndose a nosotros así:
«No hay duda de que fui producido por la divinidad, de quien estoy formado perfectamente, compuesto de todos los animales, completamente autosuficiente y careciendo de nada; porque todas las cosas yacen en mi amplio seno, la naturaleza de todas las cosas, dioses visibles e invisibles, la ilustre raza de los daemons, la noble armada de las almas virtuosas y los hombres que se vuelven felices por la sabiduría y la virtud.
No sólo la Tierra está adornada por una interminable variedad de plantas y animales, ni tampoco sólo el alma universal se distribuye por el mar y se encierra en el circunflujo de sus aguas, mientras que la gran expansión del aire y del éter permanece inerte de vida, sino que los espacios celestiales están henchidos con ingentes almas que suministran vida a las estrellas y dirigen las revoluciones de un cosmos eterno.
Además, los orbes celestiales, imitando el intelecto que no busca nada externo, están sabiamente excitadas en un perpetuo círculo alrededor del sol central.
Todo lo que contengo desea el bien, todas la cosas consideradas colectivamente, y los particulares conforme a sus habilidades peculiares; puesto que esa alma general con la que estoy vitalizado, y los cielos, las más ilustres de mis partes, continuamente dependen del Bien como soporte, al igual que los dioses que reinan en mis fragmentos, y cada animal o planta y todo lo que contengo no obstante parezca ser inerte.
Mientras que algunas cosas son percibidas participando en el ser solamente, otras en la vida y otras además de esto tienen facultades sensibles, otras la facultad incluso más alta de la razón, y finalmente otras son pura vida e inteligencia; puesto que no es apropiado requerir en todas partes cosas iguales entre tal variedad, ni esperar que el dedo pueda ver, sino asignar esto como la provincia del ojo, mientras que otro propósito es deseado para el dedo, el cual creo, puede sólo ser que permanezca como un dedo realiza cierta tarea.
Fuente: Cadena Aurea
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