Si el ser humano descubriera la realidad de su propio ser, todos los problemas se resolverían de la manera más feliz posible, y las relaciones interhumanas crearían un auténtico paraíso en este planeta.
Cuando soy perfectamente consciente, veo con claridad la vacuidad de este mundo y mi mente se queda en silencio. No tengo elección, ni siquiera en el nivel de entendimiento de esta mente limitada. En el silencio que sigue, el misterio nos revela por sí solo sus secretos.
El ser entero se expande hasta lo Infinito, y una luz como nunca antes habíamos experimentado nos envuelve y nos sana. Fuera del tiempo y el espacio, tenemos una Conciencia Pura, en perfecta unión con el Ser Supremo.
Todo esto demuestra que la Vida que hay en nosotros es, por su esencia, inmortal. No tiene principio ni fin, y nunca duerme, lo cual significa que está siempre despierta.
Este es el resultado final de la práctica correcta del "conocerse a sí mismo".
Ilie Cioara en El silencio de la mente
Fuente: No dualidad
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