El rey Janaka soñó una vez que era un mendigo. Al despertar preguntó a su Gurú Vasishta:
«¿Soy un rey que sueña que es un mendigo o un mendigo que sueña que es un rey?»
El Gurú respondió:
«Tú no eres ni uno ni otro, eres ambos. Tú eres y, no obstante, no eres lo que piensas que eres. Eres, debido a que te comportas como si lo fueras; no eres, debido a que ello no dura. ¿Puedes ser siempre un rey o un mendigo? Todo está sujeto al cambio. Tú eres lo que no cambia. ¿Qué eres tú?»
Janaka dijo:
«Sí, yo no soy ni un rey ni un mendigo, yo soy el presenciador desapasionado».
El Gurú dijo:
«Ésta es tú última ilusión, la de que tú eres un jnani, la de que eres diferente y superior al hombre común. De nuevo te identificas a ti mismo con tu mente, en este caso, una mente de buen comportamiento y en todo modo ejemplar. Mientras que veas la más mínima diferencia, eres un extraño para la realidad. Estás en el nivel de la mente.
Cuando el “yo soy mí mismo” parte, el “yo soy todo” viene.
Cuando el “yo soy todo” parte, el “yo soy” viene.
Cuando el “yo soy” parte, solo la realidad es y en ella cada “yo soy” es preservado y glorificado.
La diversidad sin separatividad es lo último que la mente puede tocar. Más allá todas las actividades cesan, debido a que en ello se alcanzan todas las metas y se cumplen todos los propósitos".
Fuente: Lecturas Advaita
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