P. Coelho
El hombre caminaba por el bosque cuando vio una zorra lisiada.
“¿Cómo hará para alimentarse?”, pensó.
En ese momento se acercó un tigre con un animal entre los dientes. Sació su apetito y le dejó a la zorra lo que había sobrado.
“Si Dios ayuda a la zorra, también me va a ayudar”, reflexionó.
Volvió a su casa, se encerró en ella y se quedó esperando que los Cielos le proveyeran de alimento.
Nada pasó. Cuando ya se estaba quedando demasiado débil para salir a trabajar se le apareció un ángel.
- ¿Por qué decidiste imitar a la zorra lisiada? –preguntó el ángel - ¡Levántate, toma tus herramientas y sigue el camino del tigre!
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