-...¿es verdad -como aseguran otras religiones- que nos reencarnamos en un plazo indefinido de tiempo, después de morir?
-Si hubieras comprendido con todo tu Ser cuanto te he venido explicando, ya no habría lugar para esa pregunta que acabas de hacer: Olvídate, cuando desaparezcas de este plano, de tu personalidad de ahora. Olvídate de nombre, de tu tus circunstancias, tu historia... Nada de eso se vuelve a repetir y desaparece para siempre; la única manera que tienen estas cosas de perdurar, es en el recuerdo de las personas que os quieren o admiran. Las experiencias son únicas e irrepetibles para cada ser individual dividido a su vez del Único Ser, y comienzan y acaban en cada cual. Eso sí: pasan a enriquecer a Aquello que fue en El Principio, y sigue siendo, Uno. ¿...Que El Ser tiene que continuar o completar esa experiencia, o saldar cuentas o “karmas” que no estuvieron saldados? ¿Qué te importa eso a ti, ahora, si El Ser tiene infinitos recursos para “continuar experimentando” -con muy diferentes matices y con otras partes de Su Ser- todo eso que a ti te tocó experimentar en esta vida, sin contar para ello de nuevo contigo? No: como personas -y no olvides que “persona” significa MÁSCARA- o como seres individuales, no sois tan importantes, no sólo para volveros a encarnar, sino como para ser inmortales.
Si quieres sentirte importante e inmortal, experiméntate no como tú, sino como La TOTALIDAD QUE SIEMPRE ES. Es tu Espíritu el que es inmortal y se reencarna cada vez en un ser diferente para experimentar, no tú. Pero no olvides que tu Espíritu y el de tu vecino es La Misma Entidad.
Cuando una bombilla se funde o se rompe y hay que tirarla y reemplazarla por otra igual, la luz -que no deja de ser siempre la misma- continúa alumbrando ahora en una lámpara nueva. ¿Con qué propiedad podría ahora esta bombilla decir -si le fuera dado hablar- que ella recuerda una o varias anteriores existencias? Si hubiera una bombilla que esto dijera, ten por seguro que la bombilla sueña, miente, o no es la bombilla, sino La Luz que está en su interior la que habla, que Ésa sí sigue siendo la misma.
Así que, como bombilla, por ahora sólo debe interesarte el presente, que es en donde únicamente te ha sido dado vivir para descubrir y aprender a conocer y experimentar por ti misma La Luz que sin duda eres y que llevas dentro".
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De Regla Contreras, en su libro "¡Perdón por atreverme! (Sapere Aude)"
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