Campo Magnético
La Tierra tiene un campo magnético con polos Norte y Sur. El campo magnético de la Tierra alcanza hasta 36 000 millas en el espacio.
El campo magnético de la Tierra está rodeado por una región llamada la magnetosfera. La magnetosfera previene que la mayoría de las partículas del Sol, que se trasladan con el viento solar, choquen contra la Tierra.
Algunas partículas del viento solar pueden penetrar la magnetosfera. Estas partículas dan origen a los espectáculos de luces de la Aurora.
El Sol y otros planetas tienen magnetosferas, pero la Tierra tiene la más fuerte de todos los planetas rocosos. Los polos magnéticos Norte y Sur de la Tierra se invierten a intervalos irregulares de cientos de miles
Inversión de los Campos Magnéticos
La magnetosfera puede invertir su orientación, llegando a que las líneas de campo que señalaban hacia el polo norte puedan cambiar, y apuntar hacia el polo sur. De tal manera que el polo sur se convierte en el polo norte etc.
En la Tierra, el registro de las inversiones del campo magnético queda preservado en las rocas magnéticas que yacen en el fondo del suelo marino. Primero, el magnetismo preservado en estas rocas apunta hacia una dirección y, luego, en dirección opuesta, lo cual da al suelo del océano una apariencia de franjas (desde el punto de vista magnético). Esto significa que muchas veces, en el pasado, el polo norte (el magnético) ha pasado a ser el polo sur y viceversa.
Debido a que nadie sabe cuánto tiempo puede tardar este proceso, ¡tampoco se sabe si esto podría suceder de un día a otro, o si tardará cientos de años! .
Esta fotografía muestra en donde se encuentran los polos actualmente (primera imagen). En las otras dos imágenes se muestra cómo, a lo largo del tiempo, los polos mágnéticos derivan sobre la superficie de la Tierra hasta invertirse.
La figura muestra una magnetosfera, configurada con líneas de campo (azules) que van en dirección al polo norte. Durante cierto período de tiempo, los campos magnéticos se invierten, y las líneas de campo (azules) van hacia el polo sur.
Un campo magnético planetario es muy complicado, es generado en el núcleo mediante una mezcla de corrientes, y no es tan sencillo como un imán.
La teoría matemática sugiere que la inversión del campo tiene origen en el núcleo de un planeta, cuando las corrientes que generan el campo magnético hacen que el campo se envuelva demasiadas veces en sí mismo.
UNA GRIETA EN EL CAMPO MAGNETICO
Investigadores de las cinco sondas espaciales Themis, de la NASA, hace algunos años, estaban asombrados por el descubrimiento de la extraña e inesperada manera en que se había formado una grieta en el campo magnético de la Tierra diez veces más grande de lo imaginable como posible.
El viento solar puede fluir a través de esta abertura y cargar la magnetosfera para desencadenar tormentas geomagnéticas poderosas. Sin embargo, la grieta no es la sorpresa más grande, sino la extraña e inesperada manera en la que se ha formado, lo cual refuta varias teorías sobre física espacial que habían perdurado muchos años.
La magnetosfera es una burbuja magnética que rodea a la Tierra y nos protege del viento solar. El gran descubrimiento se llevó a cabo en Junio de 2007, cuando las cinco sondas Themis pasaron a través de la grieta, justo cuando ésta se abría. Los sensores de las sondas registraron un torrente de partículas de viento solar dirigido hacia el interior de la magnetosfera, indicador de un evento inédito e insospechado.
A esto le añadimos que la actividad solar actual no tiene precedentes en los últimos 1.000 años. Los datos de telescopio acumulados desde el siglo XVII, así como la historia de la Tierra escrita en los hielos de Groenlandia y la Antártida, han permitido establecer que las tormentas solares que estamos conociendo en los últimos años son las más intensas de los tiempos modernos: se han multiplicado desde 1940 y no tienen precedentes en los últimos 1.150 años. Esta agitación solar, que perturba las telecomunicaciones y el suministro eléctrico, al mismo tiempo que provoca auroras boreales, continuará en el futuro sin que podamos prever su frecuencia ni intensidad.
Los científicos desconocen por el momento las causas que están generando estos sucesos. Los hay partidarios de los efectos secundarios del cambio climático, de los cambios en la resonancia Schumann, de los cambios en el magnetismo terrestre o de los cambios en los ciclos solares…, pero estas teorías también tienen sus detractores.
Algunos científicos ya apuntan a la idea de que “Todos estamos conectados” y que las alteraciones en la Tierra producen también alteraciones en el sistema Solar o al revés, que cambios en el Sistema Solar acaben afectando a la Tierra.
Cada vez hay más motivos para establecer un puente entre los descubrimientos de la ciencia y lo que ha dicho siempre la espiritualidad: La entrada en la Era de Acuario y el paso por cinturon de fotones. Lo único que por el momento está claro es que los efectos secundarios de todos estos fenómenos astronómicos están por ver y que ineludiblemente nos afectarán a todos.
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