El primer día, no había nada, y el hombre creó a Dios.
Y vio que esto era bueno.
Y vio que esto era bueno.
El segundo día, el hombre le dijo a Dios: "crece y multiplícate".
No contento con esto, el tercer día, el hombre le dijo a Dios: "Habrá luz en tu seno, y oscuridad más allá de ti".
Y aseguró el hombre que esto era bueno.
Y aseguró el hombre que esto era bueno.
El cuarto día, vio el hombre que Dios era pequeño. Y mandó una cruz a engrandecer su nombre.
El quinto día, los gritos de Dios despertaron al hombre. Falsos dioses le perseguían.
Pidió el hombre la paz, y vio que era bueno
Pidió el hombre la paz, y vio que era bueno
Al sexto día, el hombre, vengativo, persiguió y eliminó a los "falsos" nombres de Dios, puesto que sólo uno era "real".
El septimo día, buscó el hombre a dios, pero no lo encontró. Buscó a sus hermanos, pero no estaban. Finalmente, encontró una nota que decía:
"Estabas tan preocupado por decidir qué era lo que yo era, que no tuviste en cuenta lo que otros necesitaban que fuera".
Dios somos tu y yo. Dios somos todos.
Javier Torregrosa López
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