Dra. Clark
La especie humana se encuentra en la actualidad fuertemente infectada por microorganismos patógenos, tales como los parásitos. Cada uno de nosotros tenemos docenas de parásitos distintos, de los 120 parásitos comunes que se pueden encontrar en el cuerpo humano.
Los seres humanos somos y hemos sido perfectos receptores de parásitos. Nuestro cuerpo es suficientemente grande para proveer alimentos y cobijo a un gran número de ellos. El hecho de que no los podamos ver o aparentemente notar, nos hace suponer erróneamente que no los tenemos. Pero ahí están alimentándose de lo mejor de nuestras células, mordiendo, masticando, tragando y dejándonos sus residuos tóxicos dentro de nuestro organismo.
Hoy día está demostrada la incidencia de distintos tipos de parásitos en determinadas enfermedades. Pero no solamente el propio parásito es el causante de ellas, sino también, los virus y bacterias que vienen con ellos. Cuando su presencia es numerosa, nos pueden hacer sentir bastante enfermos.
En la sociedad moderna se ha evidenciado un notable incremento de todos ellos, debido al establecimiento de un nuevo reservorio biológico en el ganado vacuno, avícola y animales domésticos.
Algunos de estos parásitos más comunes en la actualidad son: el Trematodo Intestinal “Fasciolopsis Buskii”, el del Hígado de las Ovejas “Fasciola Hepática”, el Pancreático del ganado vacuno “Eurytrema Pancreático”, el del hígado humano “Clonorchis Sinensis”, y el gusano redondo común, “Áscaris”.
Nuestros antepasados sabían que los hombres tenían parásitos igual que cualquier otro animal. Hasta hace poco tiempo, se hacían purgas frecuentes que incluían diarreas y vómitos para deshacerse de estos pequeños invasores. Todavía hay culturas que conservan esta tradición y alguno de nosotros podemos recordar como nos forzaban de pequeños a tomar alguna sustancia que servía para limpiar el intestino de lombrices u otro tipo de parásitos. ¿Por qué hemos abandonado estas sabias prácticas que han venido ayudando al hombre desde tiempos inmemoriales?
Pero tres hierbas pueden eliminar más de 100 distintos tipos de parásitos, sin efectos secundarios, sin nauseas, sin interferir con ningún tipo de medicina que usted pueda estar tomando. Simplemente como un regalo de la naturaleza.
Estas Hierbas Son:
1. Cáscara de Nuez de Nogal Negro (del árbol Juglans Negra):
Fue usada por los Indios de América como remedio antiparasitario, antibacteriano, antivírico y antifúngico. Sus principios activos son el juglone, los taninos y el yodo.
2. Ajenjo (del arbusto Artemisia Absinthium L.):
Es apreciado sobre todo por su efecto tónico sobre el hígado, la vesícula biliar y el sistema digestivo, y por su actividad vermífuga. Es un remedio extremadamente útil para las personas con una digestión débil o poco activa. Aumenta el ácido del estómago y la producción de bilis, mejorando la digestión y la absorción de los nutrientes. Reduce la flatulencia y los gases intestinales.
Tiene propiedades antiparasitarias, antifúngicas, antivirales y antiinflamatorias. Elimina el dolor.
Estas tres hierbas deben usarse juntas.
El Nogal Negro y el Ajenjo, matan los parásitos adultos y 100 distintos tipos de estos en estado de desarrollo. El Clavo Especia, mata a los huevos.
Si usted solamente usa el Nogal Negro, matara sólo a los parásitos adultos, esto significa, que aquellos que están en estado de desarrollo y sus huevos enseguida permitirán el desarrollo de nuevos parásitos adultos, dejando que la acción del Nogal negro, solo sea temporal. Y si usted mata solo los huevos, los millones de parásitos que se encuentran en su organismo, en los distintos estados, enseguida crecerán y se convertirán en adultos que pondrán más huevos. Es por eso, que deben utilizarse, las tres hierbas juntas como un solo tratamiento.
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Del libro: “La cura para todas las enfermedades", Dra Clarck.
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