"Yahvé nos hizo a su imagen y semejanza, así que...¡también podemos ser creadores!"
Entrevista a Manuel Forcano, hebraista, realizada por Victor-M Amela, en La Contra de La Vanguardia.
¿Que es el Libro de la Creación?
Un formulario para ser Dios.
¿Perdón?
Sí, sí, un formulario mágico para crear vida, ¡un manual para ser como Dios!
¿Quién lo escribió?
Algún rabino anónimo hacia el siglo III. Fijó por escrito, en hebreo, ciertos conocimientos secretos...
¿Secretos?
Conocimientos de vieja transmisión oral entre algunos iniciados, en círculos reducidos.
¿Por qué tanto misterio?
Por tratarse de conocimientos ajenos a la ortodoxia religiosa judía... ¡y peligrosos!
¿Por qué peligrosos?
Si puedes crear vida, bien puedes crear animales y plagas, personas... ¡y ejércitos!
¿De verdad alguien quería crear vida?
La tradición talmúdica cita el caso de los rabinos Hanina y Oseas: cada vigilia de sábado estudiaban el Libro de la Creación ¡y así creaban un ternero y se lo zampaban!
¿Y cómo se supone que creaban vida?
Yahvé creó el mundo con su aliento, pronunciando palabras, combinaciones de letras. Por tanto, si combinas acertadamente las letras de la Torá..., ¡podrás crear como Yahvé!
¿Qué es la Torá?
La ley divina de los judíos, compilada en hebreo en el siglo V a.C.: el Pentateuco, los cinco primeros libros de lo que llamamos Antiguo Testamento.
¿Está ahí el Libro de la Creación?
No: el Libro de la Creación ni cita el Génesis, relato de cómo Yahvé creó el mundo. No hay ningún dogma religioso. ¡Es un método científico! Descífralo y podrás crear.
Siendo tan secreto, ¿cómo ha llegado hasta hoy?
Desde el siglo III, generaciones de estudiosos judíos se han aplicado a interpretarlo.
¿Tan críptico resulta?
Está escrito en lenguaje esotérico, metafórico, casi poético, que moja esa pólvora peligrosa: para usarla, primero hay que secarla.
¿Qué tipo de personas lo intentaban?
Judíos medievales. Como no les dejaban tener ni hacer casi nada, algunos ahondaban en esos textos para evadirse del entorno.
Una huida virtual.
¡Los cabalistas son eso! Los más brillantes surgen en la Catalunya y la Castilla del siglo XIII estudiando el Libro de la Creación...
¿Cualquiera puede ser cabalista?
Según la ortodoxia, hay que ser hombre. De más de 40 años. Casado. Con hijos. Y llevar toda la vida estudiando como rabino.
Entonces descartamos a Madonna.
Sí, según ellos.
Hábleme de alguno de esos cabalistas.
Conservamos algunos textos interpretativos del Libro de la Creación: Rabí Abulafia, de Zaragoza, consultó 14 comentarios hechos en la Barcelona del siglo XIII, que era entonces el gran foco de la cábala práctica.
¿Práctica? ¿En qué sentido?
Abulafia ideó unas posturas eróticas para pronunciar mantras hebreos, ¡una especie de kamasutra cabalístico! El gran rabino de Barcelona le expulsó de la judería por escándalo.
¿Algún rabino llegó a crear personas?
La leyenda habla del Gólem: el rabino Loeb de Praga moldeó un gigante de barro, le susurró ciertas palabras al oído... y cobró vida. Luchó contra los enemigos del gueto... ¡hasta que se revolvió contra sus creadores!
Valiosa lección.
Portaba en la frente un sello impreso con la palabra emet (verdad), y para desactivarlo le borraron la letra e: quedó met (muerte)...
Deme un rasgo del alfabeto hebreo.
Su carácter ahorrativo: con pocas letras se dicen muchas cosas. ¡La piel de una oveja era muy valiosa, había que aprovecharla!
¿Dónde y cuándo nace el hebreo?
Coetáneo del arameo, el fenicio, el árabe y el etíope, hunde sus raíces en el Sinaí de la era faraónica, hace ahora casi 4.000 años. Los fenicios se adelantaron en crear un alfabeto, que vendieron a Grecia. Luego los hebreos adoptaron las letras arameas, hacia el siglo V a.C. ¡Abracadabra es una expresión aramea: "mientras hablo, voy creando"!
¡La idea del Libro de la Creación!
Las letras, además, son cifras (sefirot): tienen valor numérico y pueden combinarse. El 3 es el equilibrio, el 7 es la perfección, el 8 es la trascendencia...
¿Qué fue lo primero que creó Yahvé según el libro?
El aire es expresión del espíritu de Dios, y del aire salen las letras. De las letras, el agua. Del agua, el fuego. Del fuego, las rocas. De las rocas, los animales, los hombres.
¡Qué poder, el de las letras!
"La lengua no tiene hueso, pero tiene el poder de romperlos", escribió Menahem Ha-Meirí, de Perpiñán.
¿No es blasfemo pretender ser Dios?
El Libro de la Creación estaba desaconsejado por los rabinos canónicos, cierto. Pero Yahvé nos hizo a su imagen y semejanza, así que... ¡también podemos ser creadores!
¿Relacionaría el Libro de la Creación con la magia egipcia y las pirámides?
La magia faraónica influyó. Los sultanes musulmanes consideraban demoniacas las pirámides, obra de esa magia egipcia, y las incendiaron con vinagre para destruirlas.
¿Qué le atrae más del Libro de la Creación una vez abordado en profundidad?
Es un formulario mágico, pero con una concisión lingüística tan extraordinaria y una abstracción conceptual tan sublime, que nos adentra en los misterios de la poesía.
Fuente: La Contra de La Vanguardia
¿Perdón?
Sí, sí, un formulario mágico para crear vida, ¡un manual para ser como Dios!
¿Quién lo escribió?
Algún rabino anónimo hacia el siglo III. Fijó por escrito, en hebreo, ciertos conocimientos secretos...
¿Secretos?
Conocimientos de vieja transmisión oral entre algunos iniciados, en círculos reducidos.
¿Por qué tanto misterio?
Por tratarse de conocimientos ajenos a la ortodoxia religiosa judía... ¡y peligrosos!
¿Por qué peligrosos?
Si puedes crear vida, bien puedes crear animales y plagas, personas... ¡y ejércitos!
¿De verdad alguien quería crear vida?
La tradición talmúdica cita el caso de los rabinos Hanina y Oseas: cada vigilia de sábado estudiaban el Libro de la Creación ¡y así creaban un ternero y se lo zampaban!
¿Y cómo se supone que creaban vida?
Yahvé creó el mundo con su aliento, pronunciando palabras, combinaciones de letras. Por tanto, si combinas acertadamente las letras de la Torá..., ¡podrás crear como Yahvé!
¿Qué es la Torá?
La ley divina de los judíos, compilada en hebreo en el siglo V a.C.: el Pentateuco, los cinco primeros libros de lo que llamamos Antiguo Testamento.
¿Está ahí el Libro de la Creación?
No: el Libro de la Creación ni cita el Génesis, relato de cómo Yahvé creó el mundo. No hay ningún dogma religioso. ¡Es un método científico! Descífralo y podrás crear.
Siendo tan secreto, ¿cómo ha llegado hasta hoy?
Desde el siglo III, generaciones de estudiosos judíos se han aplicado a interpretarlo.
¿Tan críptico resulta?
Está escrito en lenguaje esotérico, metafórico, casi poético, que moja esa pólvora peligrosa: para usarla, primero hay que secarla.
¿Qué tipo de personas lo intentaban?
Judíos medievales. Como no les dejaban tener ni hacer casi nada, algunos ahondaban en esos textos para evadirse del entorno.
Una huida virtual.
¡Los cabalistas son eso! Los más brillantes surgen en la Catalunya y la Castilla del siglo XIII estudiando el Libro de la Creación...
¿Cualquiera puede ser cabalista?
Según la ortodoxia, hay que ser hombre. De más de 40 años. Casado. Con hijos. Y llevar toda la vida estudiando como rabino.
Entonces descartamos a Madonna.
Sí, según ellos.
Hábleme de alguno de esos cabalistas.
Conservamos algunos textos interpretativos del Libro de la Creación: Rabí Abulafia, de Zaragoza, consultó 14 comentarios hechos en la Barcelona del siglo XIII, que era entonces el gran foco de la cábala práctica.
¿Práctica? ¿En qué sentido?
Abulafia ideó unas posturas eróticas para pronunciar mantras hebreos, ¡una especie de kamasutra cabalístico! El gran rabino de Barcelona le expulsó de la judería por escándalo.
¿Algún rabino llegó a crear personas?
La leyenda habla del Gólem: el rabino Loeb de Praga moldeó un gigante de barro, le susurró ciertas palabras al oído... y cobró vida. Luchó contra los enemigos del gueto... ¡hasta que se revolvió contra sus creadores!
Valiosa lección.
Portaba en la frente un sello impreso con la palabra emet (verdad), y para desactivarlo le borraron la letra e: quedó met (muerte)...
Deme un rasgo del alfabeto hebreo.
Su carácter ahorrativo: con pocas letras se dicen muchas cosas. ¡La piel de una oveja era muy valiosa, había que aprovecharla!
¿Dónde y cuándo nace el hebreo?
Coetáneo del arameo, el fenicio, el árabe y el etíope, hunde sus raíces en el Sinaí de la era faraónica, hace ahora casi 4.000 años. Los fenicios se adelantaron en crear un alfabeto, que vendieron a Grecia. Luego los hebreos adoptaron las letras arameas, hacia el siglo V a.C. ¡Abracadabra es una expresión aramea: "mientras hablo, voy creando"!
¡La idea del Libro de la Creación!
Las letras, además, son cifras (sefirot): tienen valor numérico y pueden combinarse. El 3 es el equilibrio, el 7 es la perfección, el 8 es la trascendencia...
¿Qué fue lo primero que creó Yahvé según el libro?
El aire es expresión del espíritu de Dios, y del aire salen las letras. De las letras, el agua. Del agua, el fuego. Del fuego, las rocas. De las rocas, los animales, los hombres.
¡Qué poder, el de las letras!
"La lengua no tiene hueso, pero tiene el poder de romperlos", escribió Menahem Ha-Meirí, de Perpiñán.
¿No es blasfemo pretender ser Dios?
El Libro de la Creación estaba desaconsejado por los rabinos canónicos, cierto. Pero Yahvé nos hizo a su imagen y semejanza, así que... ¡también podemos ser creadores!
¿Relacionaría el Libro de la Creación con la magia egipcia y las pirámides?
La magia faraónica influyó. Los sultanes musulmanes consideraban demoniacas las pirámides, obra de esa magia egipcia, y las incendiaron con vinagre para destruirlas.
¿Qué le atrae más del Libro de la Creación una vez abordado en profundidad?
Es un formulario mágico, pero con una concisión lingüística tan extraordinaria y una abstracción conceptual tan sublime, que nos adentra en los misterios de la poesía.
Manuel Forcano, hebraísta, dice que lo que le llevó a la filología semítica fue "¡El calor!" Una atracción sensorial por los países del Próximo Oriente le insufló una curiosidad intelectual que le llevó a vivir en un kibutz y a convertirse en fino hebraísta. Acaba de traducir al catalán el misterioso Llibre de la Creació(Fragmenta): nunca antes había sido traducido este enigmático texto ni al castellano ni al catalán desde su versión original hebrea. Este trabajo pedía el talento de un estupendo poeta como Forcano. Este sorprendente libro llama "veintidós obreras" a las letras del alfabeto hebreo. Las letras son los ladrillos de los que está hecho el mundo, según este texto fundacional del ocultismo hebreo.
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