ORIGEN DE LA FIESTA DE AÑO NUEVO


El Año Nuevo es la celebración del inicio del año siguiente, en el calendario, en función del tipo de calendario utilizado. La más común es la del 1 de enero, del calendario gregoriano, que fue instaurado por el papa Gregorio XIII, en 1582, y que se utiliza en la mayoría de los países del mundo.
Por causa de esta celebración, el 1 de enero es día festivo en casi todo el mundo.​ En países como China y en el marco de algunas religiones, se celebra otros días.

Año Nuevo occidental

Tradicionalmente, el calendario romano comenzaba el primer día del mes de marzo. Sin embargo, era en el mes de enero (el undécimo mes) cuando los cónsules de la Antigua Roma asumían el gobierno, por lo que Julio César, en el año 47 a. C., modificó el sistema, y creó el calendario juliano. Los romanos dedicaron entonces el día 1 de enero a Jano, el dios «de las entradas, y los comienzos». El mes de enero recibió nombre en honor a Jano, «que tenía dos caras… una que miraba adelante y una que miraba atrás». Con algunas modificaciones realizadas en tiempos del cónsul Marco Antonio en 44 a. C., el emperador Augusto César en 8 a. C. y finalmente por el papa Gregorio XIII en 1582. 

Dicho calendario se sigue utilizando, y la celebración se ha caracterizado por seguir con el significado religioso que prevaleció durante la Edad Media.

Con la expansión de la cultura occidental al resto del mundo durante el siglo XX, el 1 de enero se convirtió en una fecha de carácter universal, incluso en países con sus propias celebraciones de Año Nuevo (por ejemplo, China). Desde entonces, la del Año Nuevo es uno de los principales festejos del planeta y, en muchos lugares, suele iniciarse desde la noche del 31 de diciembre del año que termina. Grandes eventos se realizan en las principales ciudades durante la Nochevieja (víspera del Año Nuevo correspondiente al 31 de diciembre), y son acompañadas con los más grandes eventos de pirotecnia.

Mientras en Sídney se lanzan a medianoche más de 80.000 fuegos de artificio ante más de un millón y medio de asistentes, y en algunas ocasiones ha sido la fiesta más vista en televisión a nivel mundial, en Valparaíso (Chile) reciben a más de dos millones de visitantes para presenciar la pirotecnia más extensa del mundo a lo largo de 30 kilómetros de fuegos de artificio sobre toda la bahía. Llamada "Año Nuevo en el Mar", ésta abarca desde Quintay, al sur de Valparaíso, hasta Concón, en un espectáculo que dura más de 25 minutos. 

En Nueva York, la celebración se concentra en torno a una gran bola de cristal que desciende sobre una multitud en Times Square, y es la fiesta que tuvo mayor número de asistentes en 2009: más de tres millones de personas. Además, gran parte de las discotecas realizan fiestas para celebrar la llegada del nuevo año.

En Francia se acostumbra que la gente se besa bajo el muérdago a medianoche.

En España, la tradición es tomarse 12 uvas al compás de las 12 campanadas de la medianoche, y la zona de reunión más importante es la Puerta del Sol de Madrid.

En la cultura de Hispanoamérica existe una gran variedad de tradiciones y supersticiones para estas fechas, como forma de augurios para el año entrante. El descorchar una botella de sidra o champán a las 00:00 horas del 1 de enero aún se mantiene como todo un símbolo de celebración del Año Nuevo. En algunos países de América del Sur lo más común para celebrar la llegada del Año Nuevo es la quema de un monigote (muñeco hecho de trapos viejos relleno de paja que simboliza el año viejo o el año que está acabando) a las 00:00 horas del 1 de enero.

Debido a la rotación de la Tierra y los husos horarios, el primer lugar en recibir el nuevo año es Kiribati, en las islas Caroline y Kiritimati, mientras que Samoa Americana, la isla de Alofi, la isla Baker y la isla Howland, son los últimos lugares en terminar el año saliente.

En las celebraciones del año nuevo de 2014, los fuegos artificiales arrojados en Dubái quedaron registrados en el Libro Guinness de los Récords como los más grandes del mundo, pues en seis minutos se activaron 450 000 fuegos artificiales desde 400 lugares.

Según la tradición judeocristiana, el 1 de enero coincide con la circuncisión de Cristo (al octavo día de su nacimiento), cuando recibe el nombre de Jesús (según el Evangelio de Lucas).

Fuente y leer más: Wikipadia

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