TAI CHI, EL PERFECTO FLUIR DE LA ENERGIA



Su forma de entrenamiento pone de relieve la esencia del Tai Chi y es lo que mejor ejemplifica su significado. Es una gran enseñanza, que contiene la sabiduría acumulada de la antigua China respecto de los principios de acción y desarrollo de la energía interna. Se trata de una serie de movimientos que se realizan sin problemas, como si ninguna parte del cuerpo estuviese aislada de la mente o de otras partes del cuerpo.
 

Hay formas de entrenamiento cortas y largas. En términos generales, cuanto más larga es una forma, afecta de manera más profunda al cuerpo y mayores son los recursos que demanda. Pero la mayoría de los principiantes aprenden mejor la forma corta en primer lugar. 

La forma corta tiene la ventaja de que requiere menos compromiso en términos de tiempo, devoción, aprendizaje y práctica. No obstante, proporciona la mayoría de los principales beneficios que el Tai Chi tiene por ofrecer, aunque en menor grado, si lo comparas con la forma larga. Dado que hay menos movimientos que memorizar, el estudiante puede ocupar más su tiempo en obtener una clara comprensión de conceptos, principios y aplicaciones. 

Para obtener el mayor beneficio de tu práctica, repite la forma corta, varias veces, en una sucesión continua sin descanso, desplazándote, cada vez más y más lenta y suavemente. La forma corta es ideal para personas de la tercera edad y personas que requieren la recuperación de lesiones, o las que sufren algún tipo de problema crónico de salud. 

Las formas largas proporcionan el espectro total de beneficios que ha hecho que este arte sea reconocido como tal, sobre todo al incrementar el flujo de la energía (chi) a lo largo de tu cuerpo a intervalos regulares. Los movimientos de la forma larga trabajan lo más profundo en tu cuerpo, se extiende suavemente por los tendones, ligamentos y la fascia. Ya que al incorporar un mayor número de movimientos y posturas, el volumen de energía que se acumula, por minuto, es más grande. 

Las formas largas requieren una minuciosa práctica y diligencia que las hace difícil para el principiante, que no ha adquirido aún la necesaria coordinación física, habilidad o paciencia. Para aprehenderla, lo primero que hay que hacer es conseguir y desarrollar el poder de visualización o recreación de los movimientos mentalmente, inmediatamente después que la clase ha terminado. 

El Tai Chi, aprendido de cualquier forma, corta o larga, implica un buen conocimiento de conceptos únicos, de principios y construcciones básicas. 


Practica tu forma a una velocidad lenta, de modo que puedas mantener un ojo vigilante en tu alineación, sincronización, continuidad, el equilibrio, y también distinguir entre los aspectos yin y yang. 

Una amplia variedad de beneficios para la salud se derivan de la práctica de la forma a diferentes velocidades. Una manera de practicarlo es la que se llama cuasi-estática. Lo cual significa, que la forma se lleva a cabo tan lentamente que el movimiento es lo menos apreciable posible. Esto es muy eficaz para poder integrar la continuidad y la forma de los movimientos, enriqueciendo así la capacidad de experimentar tu energía [chi]. 

Una vez que se han dominado los movimientos lentamente, se puede empezar a infundir más velocidad en tus movimientos, con la conciencia profundamente arraigada en los principios. Sin embargo, la velocidad durante una ronda debe seguir siendo coherente, sin interferir con el flujo y reflujo natural de cada movimiento. 

(Pedro Donaire)

Mostrando Tai Chi.docx.

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