En la vida, como en el shodo, es importante concentrarse en cada acto, en cada palabra, en cada pensamiento. Hacer del todo quiere decir hacer solo aquello. Entregarse. Permitir que la vida fluya es interceptar la intervención de la mente, cortarle el paso, descubrirla, delatarla. Todavía no lo debes de saber. Cuando escribo la palabra todavía... ya estoy creando una expectativa, un deseo, una esperanza. Atención. Atención. Atención. No esperar nada. Ahora es todo, hija. Consciencia. No podemos hablar de errores y de aciertos sino de intentos. Algunos resultan más próximos a nuestra naturaleza. Los escogemos.
Haru, el gran arte es la vida. El shodo, el tiro con arco, el taichi, la meditación no son más que caminos que nos conducen a la comprensión del vacío que nos une. Son laderas de una misma montaña. Cuanto más alto te esfuerzas en llegar, menos acompañada estás. La soledad del camino es inevitable. O se asume o se pierde la dirección. Para seguir adelante hay que tener una convicción fuerte, una postura correcta y una dieta adecuada. Tener presentes la intuición, la simplicidad, la austeridad, la espontaneidad, la profundidad, la libertad y la serenidad.
El camino, llamémoslo compromiso, es una decisión vital, Haru. No es una manera de hacer. Es una manera de existir. Tendrás dudas, tendrás miedo, tendrás ganas de claudicar, tendrás tentaciones, sufrirás agotamiento, te sentirás perdida. Lee a los maestros, entonces. El modelo son ellos.
Quien escoge el camino evita los pensamientos cuando descansa y la ansiedad cuando actúa. Hace lo que tiene que hacer. Y muchas veces, hija, lo que tenemos que hacer es nada. Abandonar la sensación de que tenemos que controlarlo todo.
Uno de mis grandes errores, Haru, ha sido la falta de humor. No se puede vivir con gente como yo, porque nos cuesta permitir que saque la cabeza la auténtica naturaleza humana. Sin burlarnos de nada, tenemos que ser capaces de reírnos de todo. Reírse es la más alta forma de la compasión, hija. Son sinónimos. Esa es quizás la certeza más dolorosa que he descubierto. ¿Demasiado tarde?
Pensaba que la gravedad era parte del sentido común. No tienen nada que ver. El sentido común es respirar y dejar que todo lo que no eres tú también respire.
Se tarda algún tiempo en saber que todo es verdad, Haru. Y un poco más de tiempo en saber que ninguna verdad puede ser expresada, justo porque no se puede decir todo al mismo tiempo. La cuestión es que, a pesar de que todo es verdad, existe la mentira. ¿Y en qué consiste la mentira, Haru? La mentira consiste en que no coincidan tu pensamiento, tus palabras y tus actos. La verdad es la coincidencia de esos tres elementos. Justo así se explica que haya tantas, tan diversas, tan contradictorias. Cada uno tiene que respetar, decir y hacer la suya. Eso es el camino.
Flavia Company en su libro MAGÔKORO Carta del padre de Haru
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