Cuando el Maestro oía decir a alguien: “Me gustaría mucho más mi mujer si fuese de otra manera”, solía contar lo que le ocurrió a él, un día, mientras contemplaba una puesta de sol en el mar.
- ¿No es precioso? - le dijo entusiasmado a una pasajera que se encontraba junto a él apoyada en la barandilla.
- Sí - dijo de mala gana la mujer - Pero ¿no cree usted que estaría mejor con un poco más de rosa a la izquierda?
Anthony de Mello
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