Rejuvenecer con el ayuno
El ayuno es una práctica terapéutica
capaz de resolver numerosas dolencias. Además, permite que el cuerpo se
libere de grasas y toxinas y eche mano a su sabiduría interna para
resolver tensiones y recuperar la paz. Durante el ayuno se tiene la
sensación de «regresar a casa».
Artritis reumatoide, diabetes del adulto,
hipertensión arterial esencial, cansancio, asma, reumatismo, alergia,
dolor crónico... hay pocas «enfermedades de la civilización» que no
mejoren gracias a él.
Por eso existen clínicas y hospitales que ofrecen el ayuno como una vía válida tanto para restablecer la salud como para ganar claridad interior.
Por eso existen clínicas y hospitales que ofrecen el ayuno como una vía válida tanto para restablecer la salud como para ganar claridad interior.
En un ayuno, sobre todo si es el primero, es
útil el apoyo de alguien con experiencia. Para hacerlo bien, conviene
además seguir ciertas pautas:
Escoger el tipo de ayuno.Puede
ser total (solo se bebe agua, unos 3 litros al día); el ayuno Buchinger
(se toman caldos, infusiones y zumos y es más llevadero que el total); o
a base de zumos, mientras estos no excedan las 300 calorías diarias.
La cura de siropes de arce y palma, limón y guindilla,
preconizada por Stanley Burroughs y otros naturópatas, es muy popular y
otra modalidad de ayuno, acaso la más adecuada si se tiene que realizar
trabajando.
Si se trabaja hay que recordar que:el
ritmo del cuerpo es más lento (no conviene exigirle un alto
rendimiento); aumenta la sensibilidad hacia las agresiones e
injusticias; conviene asearse y desplazarse con tiempo; el aliento
podría ser desagradable, y hay que acostarse pronto.
Beber y evacuar. Se
debe beber agua pura en abundancia y con regularidad. Si pasan varios
días sin evacuar se puede tomar cloruro de magnesio, una infusión de
sen, jugo o caldo de col. O aplicar un enema cada dos o tres días.
Día de preparación. Muchos
problemas de malestar al inicio del ayuno se evitan con un día de
preparación. Puede tomarse solo fruta (1,5 kg repartidos en tres
comidas) o bien arroz integral o copos de avena cocidos y compota de
manzana.
El ayuno tipo Buchinger. Consiste
en tomar de 2 a 3 litros de agua y un poco de miel a lo largo del día.
Hay una infusión matinal. En la comida y la cena se escoge entre un
caldo vegetal (250 cc) o un zumo de frutas u hortalizas recién
exprimidas (250 cc).
Cuidar el alma. El
Dr. Otto Buchinger decía que durante el ayuno es el alma la que tiene
hambre. Es un modo de expresar la relevancia que adquieren las vivencias
internas. Igual que se evita fumar o ingerir alcohol hay que velar por
los estímulos que se ofrecen al cuerpo. La naturaleza o el arte con un
sentido espiritual son «alimentos» idóneos.
El fin del ayuno. La
vuelta a la alimentación debe ser suave y gradual. Ejemplos de
alimentos recomendables son: papilla de avena o espelta con compota de
frutas, hortalizas crudas o hervidas, mijo o arroz integral, patatas con
piel, legumbres o huevo. Hay que concentrarse en comer despacio.
Sabores muy simples pueden resultar extraordinarios.
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