"... ¿Sabes, CARMEN? A veces no me atrevo a mirar arriba en esas noches luminosas en las que La Luna preside el firmamento. Imagínate tú, por un instante, que los habitantes de esta parte del planeta en donde, en ese momento, fuera de noche -incluidos las plantas y los animales, que también perciben formas y colores y proyectan igualmente su grado de consciencia- decidiesen unánimemente, una noche, no mirar al cielo. Nuestro satélite dejaría de recibir la proyección e influencia de todas las consciencias que le dan esa identidad que La Luna es: dejaría, de repente, de ser un cuerpo celeste, puesto que aquello que no se mira, no queda registrado en el cerebro ni en la consciencia de nadie; y como por encanto -según sostienen las leyes de la física más avanzada, que concuerda con los postulados de muchos Místicos de la antigüedad- La Luna dejaría de estar.
También dejaría de ser "un satélite" -que eso no es más que un concepto humano en el que nadie, en ese momento, estaría pensando.
Tampoco se llamaría Luna -ni Lunita Lunera- que sólo son nombres que alguien se inventó en nuestro idioma español.
Ni se llamaría de otras miles de formas diferentes; tantas, como lenguas y dialectos existen en el mundo, ya que nadie en ese momento la estaría nombrando.
¿Qué quedaría de nuestra aparente y hermosa Lunita cuando ningún ser vivo proyectara sobre ella su consciencia creando el concepto, poniéndole un nombre o enviando un pensamiento? ¿Sólo un color y una forma sin nombres? No, no habría ojos que enviasen ni diesen esa forma ni ese color. ¿Seguiría, entonces, estando allá arriba -calladita, plateada, brillante y redonda- cuando nadie la mira, como ya se cuestionan los sabios? ¿Sería, acaso, tan sólo energía, invisible energía en espera de que alguna consciencia sobre la biosfera, se dignase mirarla?
...Y entonces yo, ajena a lo que pasa y completamente despistada, voy y dirijo mi mirada al cielo.
...Y entonces yo, ajena a lo que pasa y completamente despistada, voy y dirijo mi mirada al cielo.
Y en ese preciso instante, La Luna Lunera volvería a estar, a tener forma, color e identidad; a ser aquello que yo le estuviese proyectando con mi consciencia y mi mirada en ese momento.
Pero, ¿tú te imaginas que yo supiera que era el único ser vivo que la estuviera contemplando? ¡Qué responsabilidad tan enorme! ...Pues ahora yo tendría en mis manos, o mejor dicho, en mi mente y mi cerebro, la potestad y la ocasión de mirar a esa energía con ojos y mentalidad nuevos... Y me inventaría otra cosa, o ¿acaso crees tú que yo iba a respetar esos viejos patrones de formas y conceptos, pudiéndolos recrear de nuevo? Patrones de formas y conceptos que deben andar registrados por los entresijos de mi cerebro, y que no son más que Ilusión, o Maya, como ya advirtieron por Oriente hace miles de años. No, CARMEN, ante esa única oportunidad de oro que tal vez sólo se les ofreciera a los habitantes del Olimpo, yo te juro que haría una travesura muy grande aunque sólo durase un instante:
Pero, ¿tú te imaginas que yo supiera que era el único ser vivo que la estuviera contemplando? ¡Qué responsabilidad tan enorme! ...Pues ahora yo tendría en mis manos, o mejor dicho, en mi mente y mi cerebro, la potestad y la ocasión de mirar a esa energía con ojos y mentalidad nuevos... Y me inventaría otra cosa, o ¿acaso crees tú que yo iba a respetar esos viejos patrones de formas y conceptos, pudiéndolos recrear de nuevo? Patrones de formas y conceptos que deben andar registrados por los entresijos de mi cerebro, y que no son más que Ilusión, o Maya, como ya advirtieron por Oriente hace miles de años. No, CARMEN, ante esa única oportunidad de oro que tal vez sólo se les ofreciera a los habitantes del Olimpo, yo te juro que haría una travesura muy grande aunque sólo durase un instante:
Antes de dirigir mi vista arriba, yo vaciaría mi mente de todo su contenido para que no hubiese nada registrado en mi cerebro. Luego miraría al cielo sin esperar encontrar nada, pues no habría recuerdo de nada, y -lo mismo que un recién nacido- lo ignoraría todo.
Y cuando yo sintiese que de allá arriba comenzaban a llegarme ciertos efluvios que me hacen guiños y me son extraños, yo miraría en la dirección de donde esas radiaciones partieran, y sería en ese instante, cuando mi consciencia afectaría a su consciencia.
Entonces habría llegado ese momento sagrado, de crear nuevas formas, nuevos colores, nuevos nombres, nuevos conceptos. Haría de ESO, lo que yo quisiera, y podría escribir ahora, una historia nueva, muy diferente a...
Pero, ¡qué tonta! ¡Olvidé que esas cosas fantásticas sólo son posibles en los Universos Paralelos: en ÉSOS, en donde simultáneamente se están realizandotodas nuestras infinitas posibilidades de ser y todos nuestros más secretos e imposibles deseos!
Olvidé -menos mal, Lunita- que heredo desde hace no sé cuántos millones de años, un cerebro configurado por millones y millones de seres que antes también te miraron y dejaron grabado en él -gracias a eseinconsciente colectivo- esta impronta que me hace verte como realmenteeres. ...Y apenas, al intentar imaginarte con otra forma, otro color, y otro nombre diferentes, brotaría en el campo de mi consciencia, por enésima vez, todos tus arquetipos, todas tus antiguas y repetidas ediciones. Aparecerías nuevamente ante mis ojos, calladita, plateada, brillante, redonda, y tan bella como siempre fuiste y no has podido, inexorablemente, de otra manera, ser.
...Y sé que me emocionaría al verte; y gritaría tu nombre en las tres únicas lenguas en las que sé nombrarte. Me aprendería, luego, tu nombre en los cinco mil idiomas y dialectos con los que el hombre te nombra, te piensa, te sueña, te siente… Y con profunda reverencia pronunciaría todos esos nombres; y te daría las gracias por estar siempre allá arriba aunque a veces no te vea, y ser como eres.
Y estaría feliz y contenta por que los humanos te hayan moldeado con su consciencia, de esa especial manera. Y pediría a los hombres -mis hermanos-, que no cometieran jamás la tontería o la locura de dejarte una sola noche de mirar... por si acaso.
...Aunque no (y creo con ello, haberle resuelto, sobre la marcha, una ecuación cuántica a los sabios): su teoría resultaría cierta sólo en parte, pero La Luna no podría desaparecer jamás, del firmamento, aunque ninguna consciencia -vegetal, animal o humana- la estuviese contemplando, pues olvidaron algo muy simple: precisamente un postulado muy importante que ellos defienden, y es que La Gran Consciencia que Todo lo envuelve y que interpenetra cada átomo y partícula, nunca la dejaría de contemplar. "
(Del Relato "La Luna Cuántica" de Regla Contreras)
Que maravilla...!!
ResponderEliminarY si, menos mal que "La Gran Consciencia que Todo lo envuelve y que interpenetra cada átomo y partícula, nunca la dejaría de contemplar. "
Y a ti, ?quien te contempla, hija, pa que seas tan bonita y tan artista y tengas ese alma tan bella desde que naciste?
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