El ego es el ego. Es zazen... como en la frase de Sócrates:"Conócete a ti mismo". Siempre digo que hay que comprender el ego, pero... realmente no hay ego, no hay sustancia en el ego. ¿Dónde podemos situar esta sustancia? ¿En la nariz, en el cerebro, en el ombligo, en la cabeza? Es difícil. ¿En el espíritu? ¿Qué es el espíritu? Esta pregunta es un problema, el mayor problema de la psicología, de la filosofía y de la religión. He explicado que no tenemos numen.
El ego cambia de un instante al otro. Hoy no es el mismo que ayer... Nuestro cuerpo cambia, nuestras células también. Cuando se toma un baño, por ejemplo, todas las células muertas de la piel se van por el desagüe. Nuestro cerebro y nuestro espíritu cambian. No son los mismos desde la infancia hasta la madurez.
¿Dónde existe el ego? Es uno con el cosmos. No es solamente el cuerpo o el espíritu. Nuestro ego es Dios, Buda, la fuerza cósmica fundamental. Encontrar la verdadera eternidad no es egoísta, es la auténtica verdad, el verdadero numen. Esta es la verdadera religión que debemos crear. Nuestra vida está ligada al poder cósmico, está en interdependencia con todas las existencias. No podemos vivir solos. Dependemos de la naturaleza, del aire, del agua. Por eso no debemos ser egoístas... este es el gran satori. Es inútil ser egoísta, ya que cada uno de nosotros vive en interdependencia con todo el mundo y con todas las cosas. No es necesario guardar para sí mismo. Esto es muy importante.
Montaigne escribió en sus Ensayos: "Todo el mundo mira hacia fuera, yo quiero mirar hacia el interior". Tenemos que volver la mirada hacia el interior. La mayoría de las gentes sólo miran hacia el exterior. Más que nunca, en la civilización moderna debemos mirar dentro de nosotros mismos. La mirada objetiva es fácil, la mirada subjetiva no lo es tanto...
Taisen Deshimaru
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