¿O no es así…?
En realidad, el fenómeno no es nuevo: casi siempre se ha sabido de personas que afirmaban no haber ingerido alimento sólido durante un período de tiempo superior a un ayuno considerado normal, que no es mayor a unas pocas semanas. Durante ese corto espacio de tiempo, el cuerpo puede aprovechar los depósitos de grasa y proteína que posee. Eso no significa que sea fácil ni agradable hacerlo, desde luego, pero sí una experiencia de superación muy apreciable. Más allá de esto, no hay explicación científica para alguien que afirme, por ejemplo, que se ha pasado años sin comer.
Y más difícil, aparentemente, es el tema de no tomar líquidos. El cuerpo humano, en teoría, sólo puede estar unos días sin hidratarse.
Pues bien: cada vez hay más casos de personas que afirman que ésto es posible, y por mucho más tiempo del que la ciencia actual podría asumir. Como ejemplo, podríamos tomar éste chico:
Ram Bahadur Bamjan comenzó en el 2005 una meditación que le llevó, supuestamente, a estar más de 6 meses sin ingerir líquidos ni alimentos. Desde luego, a su alrededor se creó un revuelo bastante importante, y fue considerado por algunos como una nueva reencarnación del Buddha. No llegaron a hacerle pruebas científicas para verificar su estado.
Quizás el caso más conocido actualmente sea el de Víctor Truviano: afirma llevar tres años sin comer absolutamente nada, y prácticamente un año sin beber.
Quién ha estado con él afirma que lo más impactante es la energía que desprende, y su forma de hablar: afirma con aplomo que él no enseña ningún método para dejar de comer, que eso viene como añadido. Ha enseñado su método de “Alimentación Pránica” desde Argentina, su tierra natal, hasta Nueva Zelanda. Y con bastante éxito: no tiene página web, pero sus vídeos son muy vistos en internet. De hecho, es bastante posible que dentro de poco tiempo venga a España a enseñar su proceso de 11 días sin comer.
El tiempo en que la Ciencia y la Antigua Sabiduría se encuentren cada vez es más evidente que está aquí. Casos como los de Hira Rata Manek, ya ampliamente debatido aquí, o Victor Truviano, cada vez serán más abundantes… y mejor documentados.
Cada vez oímos más como antiguos conocimientos que los chamanes nos transmitían casi en secreto son actualizados por los modernos conocimientos científicos. No debemos tener miedo a admitir que pueden existir otras formas alternativas de nutrirnos, de alimentarnos, a todos los niveles.
Por otro lado, también hay que tener cuidado en que el comer o no comer sea el medio, y no el fin. Como muy bien explica Truviano en sus vídeos, simplemente no le apetece comer: pero si se le antojara un estofado que pasara por delante… tomaría un plato. Si la evolución y la trascendencia tienen un efecto que se traduce en no ingerir alimentos de la forma tradicional, pero se comprueba que la nutrición se produce de otras formas, bienvenido sea. Como muchas veces pasa, la pureza de los fines definirá los medios
Fuente: El Blog Alternativo
Vídeo de Víctor Truviano
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