FELIZ SOLSTICIO DE VERANO 2025






El verano de 2025 ha comenzado hoy, sábado 21 de junio, a las 4:42 horas (hora peninsular), coincidiendo con el solsticio de verano. Esa es la hora oficial, aunque el cambio de estación, en realidad, lo sentimos mucho antes: el cuerpo se adapta, los planes se anticipan y la rutina cambia.

En cualquier caso, ese instante concreto -calculado por el Observatorio Astronómico Nacional– marca el inicio astronómico de la estación más larga del año.


La paradoja del calor y la distancia al Sol

Sí, en verano hace más calor. Pero no porque estemos más cerca del Sol, sino precisamente al revés. El 3 de julio, nuestro planeta alcanzará el afelio: el punto más lejano de su órbita respecto al astro rey (unos 152 millones de km).

Entonces, ¿por qué hace calor? Por la inclinación del eje terrestre, que hace que los rayos solares incidan de forma más directa sobre el hemisferio norte.

También es el motivo por el que el verano es más largo: la Tierra, al estar más lejos del Sol, se desplaza más despacio. Lo explica la Segunda Ley de Kepler, pero también lo intuyen quienes sienten que el estético julio parece durar una eternidad.

Un cielo lleno de espectáculos para los meses estivales

Noches cortas, cielos limpios, viajes al campo o la playa… El verano es uno de los momentos favoritos para la observación astronómica. Venus, Marte, Mercurio y Saturno se alternarán en el cielo, visibles según la hora y el mes. Y no faltarán las lluvias de meteoros: las Delta Acuáridas, a finales de julio, y las esperadas Perseidas, en torno al 12 de agosto.

Uno de los espectáculos más reconocibles del verano es el Triángulo de Verano, un asterismo compuesto por Vega, Deneb y Altair. Están lejos entre sí, pero desde la Tierra forman un triángulo brillante que domina el cielo nocturno. Junto a ellas, Escorpio y Sagitario indicarán el corazón de la Vía Láctea.

Del culto al Sol a las celebraciones populares

Durante siglos -y en lugares muy distintos-, el solsticio de verano se ha vivido como algo más que un fenómeno celeste. En Stonehenge, por ejemplo, se alinean las piedras con la salida solar. En los países escandinavos, se celebra el Midsummer con flores, danzas y comidas al aire libre.

En España, el vínculo más claro está en la Noche de San Juan. Aunque no coincida con el solsticio exacto, la madrugada del 23 al 24 de junio se encienden hogueras en muchas ciudades costeras. El fuego -purificador, simbólico- sigue siendo el gran protagonista de la bienvenida al verano.

Efectos visibles y emocionales del cambio de estación

Ese día -el más largo del año- tiene consecuencias más allá de lo astronómico. Las sombras se acortan, el cuerpo se expone a más luz, se alteran los ritmos de sueño. Es un cambio sutil, pero evidente. Hay quienes sienten más energía, otros duermen peor.

También hay una dimensión emocional. El verano invita a hacer planes. O a no hacerlos. A escaparse, a parar, a marcar un punto y aparte. No son pocos quienes aprovechan ese arranque para replantearse cosas, para celebrar pequeños rituales, para buscar el sol (o la sombra).

Un fenómeno astronómico que cambia el ritmo del planeta

El solsticio de verano marca el momento en que el Sol alcanza su máxima declinación al norte. Este 21 de junio, a las 4:42 horas peninsulares, la Tierra está en la posición exacta de su órbita que genera este efecto. El resultado: el día más largo del año en el hemisferio norte.

En Madrid, por ejemplo, el amanecer llegará sobre las 6:45 y el ocaso tras las 21:49, ofreciendo más de 15 horas de luz solar. 
En Sevilla, amanecer, a las 7'04 y atardecer, a las 21.46, con una luz solar de 14'42 h. 
Esta duración, claro, varía según la latitud: cuanto más al norte, más horas de sol.

Lunas llenas este verano

Junio: Luna de Fresa. Tuvo lugar el día 11.
Julio: Luna de Ciervo. El día 10.
Agosto: Luna de Esturión. El día 9
Estas tres lunas tienen en común que no se las ve grandes, por encontrarse en Apogeo (lejanas a la tierra) No así la de Septiembre: Luna de la Cosecha. Dia 7. Grande, en Perigeo (cercana a la tierra).


Fuente: eltiempo.es

A VECES, LA REALIDAD ES OTRA


Un renombrado erudito, con fama de perspicaz, paró al pie del camino, en una posada. Al observar unas huellas en la nieve, reflexionó así ante el posadero:

- He aquí las huellas de un hombre profundo y valeroso; están en medio del camino y avanzan con rectitud, la hondura de sus huellas denotan el peso de su ciencia y su dignidad. A su lado, veo las huellas de los discípulos que le siguen; todos le rodean mientras anda y escuchan sus palabras, no hay tanta hondura en sus huellas pero, si perseveran con este maestro, alcanzarán el conocimiento. Allí, por último, y al borde del camino, apenas se distinguen las huellas erráticas de un niño, un sólo soplo de aire las ocultará.

Al escuchar estas palabras el posadero riendo dijo: 

- Señor, a pesar de su error, tras sus palabras se oculta una honda verdad. Pero permítame que le corrija: Las huellas más profundas son las de un reo condenado, el peso de sus grillos hacen profundas sus huellas y firmes sus pasos. Las huellas que están a su alrededor son las de los guardianes que lo escoltaban hacia su prisión, guardianes y preso seguían, en verdad, un mismo camino. Las huellas más leves no son las de un niño, sino las de un sabio que, sin ningún peso,  erraba por este camino sonriendo y casi desnudo.

(Autor desconocido)


EL BOSQUE INTERIOR




Había, una vez, un hombre que caminaba perdido en el camino Espiritual.

Estando paseando por el monte, solitario, triste, y preocupado por cómo llegar a ver la luz, oyó una voz que le decía:
- ¿ A dónde vas, buen hombre?

NO SOMOS LOS MISMOS


El Buda fue el hombre más despierto de su época. Nadie como él comprendió el sufrimiento humano y desarrolló la benevolencia y la compasión. 

LA HIPERTENSIÓN. Remedios naturales para su control



La presión arterial alta o hipertensión es uno de los problemas cardiovasculares más frecuentes entre la población a nivel mundial. Generalmente, los pacientes no tienen conocimiento de que la padecen hasta que acuden a realizarse chequeos médicos. Por ello a esta enfermedad se le conoce como el “asesino silencioso”.