SOSIEGO PARA LA MENTE

 


Esta es la historia de un hombre común, que a lo largo de su vida no había hecho otra cosa que trabajar. Estaba siempre ocupado, con miles de actividades laborales, sociales y familiares. Cumplía con todos, pero a menudo se sentía muy irritable.

Cierto día comenzó a olvidarse de las cosas. Primero un nombre, luego una dirección, más tarde una reunión importante. Con los días empeoraba, y llegó a olvidar cómo regresar a su hogar o cómo era la distribución de la casa. Eso sí, ya no se sentía tan irritable, disfrutaba de la vida y se reía a menudo.

Su hijo comenzó a preocuparse. Consultó a todos los médicos que pudo, pero ninguno encontraba la causa de la desmemoria.

Un día le dijeron que un hombre docto que vivía en otra ciudad podría curar a su padre. Lo mandó a llamar y, efectivamente, curó a su padre. Por su trabajo cobró una fortuna, pero al hijo no le importó, porque se trataba de la salud de su padre.

Cuando el hombre estuvo curado y vio cuánto dinero habían gastado en su recuperación, comenzó a irritarse. Cada día que pasaba era mucho peor: maltrataba a su familia, a sus empleados, quería vengarse del hombre docto e insultaba a todo el mundo. Le preguntaron los motivos:

-¿Pero por qué tienes estos accesos de ira?

-Porque mi vida es desgraciada. Tanto trabajo y tantos compromisos me hacen tenso, me quitan el apetito, no puedo dormir, estoy siempre preocupado. Sólo fui feliz mientras no tenía memoria. Entonces era libre, no acarreaba mi pasado ni me preocupaba por nimiedades.


No hay comentarios:

Publicar un comentario