Cuando te preguntas: «¿Quién soy?» —si lo haces con el suficiente tiempo y concentración— tal vez descubras algunas respuestas sorprendentes.
Quizá veas que eres la continuación de tus antepasados. Tus padres y tus antepasados están presentes en cada célula de tu cuerpo, tú eres una continuación suya. No estás separado de ellos. Si eliminaras a tus antepasados y a tus padres de ti, «tú» desaparecerías.
Quizá veas que estás hecho de elementos, como el agua, por ejemplo. Si eliminaras el agua de ti, «tú» desaparecerías.
Estás hecho de tierra. Si eliminaras el elemento tierra de ti, «tú» desaparecerías.
Estás hecho de aire. Necesitas el aire desesperadamente, sin él no sobrevivirías. Si eliminaras el elemento aire de ti, «tú» desaparecerías.
Y en ti también hay el elemento fuego, el elemento del calor, el elemento de la luz. Sin la luz del sol no crecería nada en la Tierra. Si lo sigues observando, verás que estás hecho de sol, una de las estrellas más grandes de la galaxia. Y, como ya sabes, la Tierra, al igual que tú, está hecha de estrellas. De modo que eres las estrellas.
En una noche clara, si alzas la vista verás que formas parte de las estrellas del cielo. Tú no eres solo el cuerpo diminuto que crees ser.
La plena conciencia te da el espacio interior y la quietud para mirar dentro de ti, para descubrir quién eres y qué quieres hacer con tu vida.
Ya no sentirás el vano deseo de perseguir una cosa tras otra. Lo has estado haciendo; has estado buscando algo porque creías que era fundamental para encontrar la paz y la felicidad. Has intentado conseguir esta condición o aquella otra para ser feliz. Has creído que no tenías aún todas las condiciones necesarias para serlo, por eso has adquirido, como tanta otra gente, la costumbre de estar persiguiendo sin cesar una cosa tras otra. «Ahora no puedo sentirme en calma, no puedo detenerme ni disfrutar de las cosas, porque todavía no tengo todas las condiciones para ser feliz.» Pero en realidad estás destruyendo la alegría natural de vivir a la que tienes derecho.
La vida está llena de maravillas, como los sonidos maravillosos. Si logras estar aquí, en el presente, si logras ser libre, serás feliz en ese mismo instante. No necesitas perseguir nada para serlo.
La práctica de la plena conciencia es muy sencilla. Te detienes, respiras y aquietas la mente.
Vuelves a tu verdadero hogar, para disfrutar del aquí y el ahora, a cada momento.
Todas las maravillas de la vida ya están aquí. Te están llamando. Si eres capaz de escucharlas podrás dejar de perseguir una cosa tras otra en busca de la felicidad. Lo que necesitas, lo que todos necesitamos, es el silencio.
Aquieta tu mente para escuchar los sonidos maravillosos de la vida. Así podrás empezar a vivir plenamente tu vida de verdad
Thich Nhat Hanh en Silencio
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