LA VITAMINA D


La vitamina D tiene muchas funciones en el organismo, siendo algunos ejemplos la modulación de la respuesta inmunitaria, la implicación en la función de las células musculares y de las células de la piel. Pero la acción principal de la vitamina D se centra en la regulación de la formación y del metabolismo del hueso. 

Sin embargo, en una guía sobre la osteoporosis editada por la Universidad de Michigan, y publicada en el año 2002, se afirma que, sorprendentemente, tan sólo unos pocos estudios han investigado el efecto de la vitamina D sobre la masa ósea y sobre el riesgo de fractura. Además, se afirma que los resultados de esos pocos estudios han sido inconsistentes.

En cualquier caso, si el calcio está disponible a partir de alimentos en el intestino y los niveles de vitamina D son adecuados, el cuerpo es menos proclive a extraer el calcio del hueso. 

Fuentes de Vitamina D

Hay tres fuentes posibles de vitamina D, la alimentación, los suplementos y las radiaciones solares.

Alimentación

Hay dos fuentes dietéticas posibles de vitamina D: la vitamina D3, o colecalciferol, de origen animal y la vitamina D2, o ergocalciferol, que puede ser sintetizada de forma artificial a partir de fuentes vegetales, y que se usa para fortificar alimentos (como los batidos de soja fortificados, por ejemplo). Tanto D3 como D2 se convierten en formas activas de la vitamina D2.

Los productos lácteos aportan vitamina D3 y son considerados como la fuente principal de calcio en la dieta occidental, dos de los nutrientes necesarios para la correcta formación de los huesos. Sin embargo, tanto en la última edición del libro de L. Stryer titulado "Bioquímica", como en una revisión recién publicada sobre el tema, se afirma que las fuentes dietéticas más adecuadas de dicha vitamina son los alimentos enriquecidos. Éste es el caso de la mayor parte de la leche consumida en EE.UU, rechazada por los veganos, hecho que los sitúa en una menor ingesta (a no ser que tomen alimentos enriquecidos o suplementos). En España no se fortifica sistemáticamente la leche con vitamina D, pero un meta-análisis publicado en el American Journal of Medicine sugiere la necesidad de hacerlo, ya que la hipovitaminosis D se observó más a menudo en países en los que la suplementación era menos común.

Luz solar

Se considera que cuando la exposición a la luz solar es suficiente, el factor nutricional respecto a esta vitamina no es importante. La mayor fuente natural de vitamina D es la producción de la misma en el organismo por acción de las radiaciones ultravioletas tipo B solares; se considera que la exposición de manos, brazos y cara durante 10-30 minutos, de dos a tres veces por semana (ó 5 a 15 minutos cada día), es suficiente para cubrir los requerimientos. Estas cifras son mayores para individuos de piel oscura o para los que viven en latitudes norteñas o en áreas muy nubosas.

Así, algunos autores afirman que la alimentación no es una buena fuente para hacer frente al total de las necesidades, pues son muy pocos los alimentos que contienen esta vitamina en cantidades significativas. La Organización Mundial de la Salud considera que para prevenir las fracturas es recomendable ingerir de 5 a 10 mcg (o lo que es lo mismo, de 200 a 400 Unidades Internacionales -UI-) de vitamina D al día, si la exposición a la luz solar es insuficiente.

Niveles de vitamina D en vegetarianos y no vegetarianos

No vegetarianos

Pese a que se considera que los niveles de vitamina D son normales en adultos que pasan suficiente tiempo en el exterior, la realidad es que la carencia de vitamina D, incluso en países de latitud sur como España, es alta en los adultos de mayor edad y merece ser tomada en consideración debido a su contribución al desarrollo de osteoporosis. Hay que tener en cuenta que en mayores de 70 años, aun en las mejores condiciones de irradiación solar, se sintetiza un 70% menos de vitamina D a través de la piel. Algunos investigadores estiman que aproximadamente el 40% de los jóvenes europeos presenta algún grado de carencia de vitamina D e indican que, sorprendentemente, esto es algo más frecuente en países mediterráneos soleados que en ciertos países nórdicos como Noruega. 

El Instituto de Medicina de Estados Unidos afirma que se necesitan más estudios sobre la relación alimentación-huesos (especialmente acerca del papel desempeñado por el calcio y la vitamina D) y sobre la importancia de las diferencias geográficas en el estatus de vitamina D.

Veganos y vegetarianos

Hay pocos estudios que hayan valorado los niveles sanguíneos de vitamina D en vegetarianos, según se afirma en el libro Vegetarian Nutrition, recientemente editado. En algunos de estos estudios se ha encontrado que estos niveles son inferiores a los de la población general, sin embargo, en ellos, tanto la población de estudio escogida, como los criterios de selección, hacen dudar de la extrapolación de sus resultados al conjunto de la población vegetariana. Además, se puede formular la siguiente hipótesis: siendo los vegetarianos, en general, un colectivo consciente de la importancia de la salud, es probable que expongan su piel al sol con mayor frecuencia que el resto de la población. No se ha hallado ningún estudio que haya valorado el nivel de vitamina D de vegetarianos en España, país con riqueza en horas de sol. En el libro Manual of Dietetic Practice, se afirma que se necesitan nuevos estudios al respecto, porque hay motivos para pensar que tanto la dieta vegetariana como la vegana ejercen un efecto beneficioso en la salud ósea (baja ingesta de componentes potencialmente perjudiciales para el metabolismo óseo, como proteína, sodio, cafeína y alcohol, y alta ingesta de componentes protectores como magnesio, boro, potasio, vitamina C e isoflavonoides).

Recomendaciones

Las Asociaciones Americana y Canadiense de Dietética recomiendan a los vegetarianos que exponen su piel al sol con poca frecuencia (como por ejemplo aquellos vegetarianos cuyos horarios de trabajo les impidan exponerse al sol con frecuencia), que tomen suplementos de vitamina D. Lo mismo opina la Asociación Británica de Dietética. Por su parte, Venti y Johnston, dos expertas en vegetarianismo, recomiendan suplementar diariamente la alimentación de los veganos, que no ingieren ninguna fuente de vitamina D, con 200 Unidades Internacionales (o lo que es lo mismo, 5 microgramos) de ergocalciferol (Vitamina D2, de origen vegetal), o usar frecuentemente alimentos enriquecidos. En España es difícil encontrar suplementos de vitamina D2 o "ergocalciferol" (de origen vegetal), aunque se pueden comprar a través de internet.

Julio Basulto

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