EL SILENCIO Y LA NATURALEZA DEL ZEN



El silencio en el Zen

El silencio meditativo no es el silencio del desierto que está desnudo de toda manifestación de vida, tampoco es el silencio de un cadáver. 

Se trata de un silencio de plenitud en el que hallan integradas todas las antítesis mentales. 

En palabras simbólicas, se trata del silencio del Profundo sumido en la“tranquilidad del trueno”.

La naturaleza del Zen

“Un estudiante Zen insistió a su maestro en que quería saber dónde estaba la entrada al camino de la verdad. Ante tal demanda, el maestro le dijo”:

–“¿Oyes el murmullo del arrollo?”.

-“Si, lo oigo”, respondió el estudiante.

-“Pues allí está la entrada”


Es frecuente que cuando el estudiante reclama una explicación lógica de la enseñanza del Zen, los adeptos tienden a responder precisamente algo que sume a los demás en la mayor confusión. El querer explicar o analizar el contenido del Zen respecto a la iluminación es un intento inútil. 

Se trata de la vivencia repentina de la sabiduría para “cruzar a la otra orilla” y sentir con certeza que todas las cosas carecen de naturaleza independiente, puesto que solo existen en relación con otras cosas. Una vivencia que sin duda sucede en el repentino despertar. 

Se trata de experimentar que nada en el Universo puede existir por sí mismo, y saber que luz y sombra, largo y corto, negro y blanco son términos relativos y no independientes el uno del otro.
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