La compasión es la habilidad de experimentar plenamente la situación de otra persona. Las relaciones familiares estrechas ayudan a desarrollar esta habilidad, pero hoy en día el sentido de unidad familiar no es muy fuerte. Sin el apoyo de la familia tendemos a refugiarnos dentro de nosotros mismos. Como nos parece tan difícil relacionarnos con los demás, incluso con nuestros buenos amigos, dedicamos nuestros esfuerzos a protegernos y a proteger nuestras pertenencias.
Nuestro interés rara vez va más allá del interés por nosotros mismos; por nuestras necesidades y deseos personales. El afecto y la sensibilidad hacia los demás, básicos para la compasión, tienen poca oportunidad de crecer.
Una manera de aprender compasión es cultivar el deseo de ayudarles a los demás. El solo gesto abre automáticamente el corazón. Nuestras perspectivas se ensanchan y nuestra sensibilidad hacia las necesidades de los demás aumenta, y esto nos lleva a desarrollar la habilidad de ser una verdadera ayuda. Con el tiempo podemos aprender a amar sin ningún motivo ulterior o sentido del yo. Este sentimiento de amor desinteresado estimula una apertura que deja que la compasión surja naturalmente. Entonces podemos actuar con habilidad y compasión en todas las circunstancias.
Nuestro interés rara vez va más allá del interés por nosotros mismos; por nuestras necesidades y deseos personales. El afecto y la sensibilidad hacia los demás, básicos para la compasión, tienen poca oportunidad de crecer.
Una manera de aprender compasión es cultivar el deseo de ayudarles a los demás. El solo gesto abre automáticamente el corazón. Nuestras perspectivas se ensanchan y nuestra sensibilidad hacia las necesidades de los demás aumenta, y esto nos lleva a desarrollar la habilidad de ser una verdadera ayuda. Con el tiempo podemos aprender a amar sin ningún motivo ulterior o sentido del yo. Este sentimiento de amor desinteresado estimula una apertura que deja que la compasión surja naturalmente. Entonces podemos actuar con habilidad y compasión en todas las circunstancias.
Pero ¿cómo hacemos esto, cómo aprendemos a dejar a un lado nuestro egocentrismo?
Apertura, fundamentalmente, significa compasión. Cuanto más abierto usted se permita ser, más podrá comunicarse con los amigos, con la familia, con cualquiera. En vez de reprimir o tratar de evitar sus sentimientos, abra lo más posible su corazón, sus sentimientos, toda su personalidad. Ábrase a sus niveles de sentimiento más profundos.
Esto puede lograrlo mediante la relajación, la clave de la meditación. Permanezca muy tranquilo; respire suave y apaciblemente, y mantenga consciente la mente. Una vez que haya logrado la relajación, ésta curará sus sentimientos internos. Después vendrá la calidez interior. Con esta calidez y esta relajación interiores usted sentirá una mayor apertura, y con esta apertura, más comunicación. Como la calidez interior se transforma en sabiduría, usted podrá ver la situación de otras personas más claramente, y, con esta claridad, podrá también aprender más acerca de usted mismo. Podrá abrirse hacia su naturaleza interior. Cuando su corazón se abre de verdad, usted puede comunicarse con todos los seres, con todo lo que existe. Puede ver la naturaleza de samsara.
La apertura es la clave de la compasión, así que una vez que usted pueda desarrollar más apertura, el ego y el autoasimiento pierden su poder. El hecho de estar menos centrado en usted mismo le permite ver que cada persona tiene que pasar por el ciclo de samsara. Usted aprende más aceptación, y la compasión se hace más profunda y más incluyente. La compasión genuina está más allá de los pensamientos, más allá del yo, está libre de la creencia de que hay un ‘yo’ involucrado en el acto de la compasión.
En consecuencia, la verdadera compasión genera un profundo sentido de aceptación e incluso de perdón hacia quienes nos han causado dolor o infelicidad. Cuando somos sensibles a las debilidades y al egoísmo de los demás, nos damos cuenta de que el mal que hacen lo hacen por ignorancia. En realidad, desarrollar compasión por las personas que hacen cosas pavorosas es algo que sana. Los actos de estas personas demuestran que no tienen consciencia de sí mismas, y ningún control sobre su mente. Sus emociones agresivas son tan fuertes que no saben lo que hacen. En realidad, están locos. Si entendemos esto, podemos aprender a ser compasivos
En consecuencia, la verdadera compasión genera un profundo sentido de aceptación e incluso de perdón hacia quienes nos han causado dolor o infelicidad. Cuando somos sensibles a las debilidades y al egoísmo de los demás, nos damos cuenta de que el mal que hacen lo hacen por ignorancia. En realidad, desarrollar compasión por las personas que hacen cosas pavorosas es algo que sana. Los actos de estas personas demuestran que no tienen consciencia de sí mismas, y ningún control sobre su mente. Sus emociones agresivas son tan fuertes que no saben lo que hacen. En realidad, están locos. Si entendemos esto, podemos aprender a ser compasivos
Tarthang Tulku en Abra Su Mente
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