EL TAI-CHI Y SUS BENEFICIOS

Con la práctica del tai-chi podemos conseguir la flexibilidad del niño,  la fuerza del leñador, la serenidad del sabio...


Los ejercicios del tai-chi relajan los músculos del cuello y los hombros, así como normalizan las posturas del torso. Se distiende la garganta y se expande el pecho. Todo ello relaja a su vez los músculos de la columna, Lo que repercute sobre los movimientos del diafragma y sobre la respiración. 

Una mejor oxigenación promueve la salud mental, así como una mejor memoria y concentración.

Como el tai-chi se plantea desbloquear los flujos de energía del organismo, es muy útil para lograr un control del dolor, especialmente cólicos, dolores abdominales y dolores de cabeza. Muchos de estos trastornos se relacionan con una tensión que se elimina durante el proceso de relajación del cuerpo y la mente.

Mediante los ejercicios del tai-chi conectamos con el cielo, inducimos a nuestro organismo a recibir el alimento celeste, el oxigeno,  el chi del cielo

Al pisar tierra, con con suavidad y armonía, conectamos con la madre que nos da el sustento diario, el alimento, y el chi de la tierra. 

Practicarlo en cualquier edad y, sobre todo, al aire libre, es muy beneficioso. Como seres humanos equilibramos nuestras emociones que casi siempre están en desequilibrio patológico, por el vivir diario: el miedo, la violencia, la euforia, la tristeza, la obsesión, la melancolía.. que nos pueden llevar al estrés y a la enfermedad.

El tai-chi es un estilo de vida. Es meditación en movimiento.

La vida es movimiento. El tai-chi te invita a moverte concentrado armónicamente, a encontrarte con tu creación, a conectarte con la vida, a vivir la unidad del ser y la unidad con la tierra y el cielo.

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