RELAJAR EL DIAFRAGMA


Normalmente se suele boquear por problemas de ansiedad y stress que hacen que la respiración se haga más rápida y tensa y, a la larga, lo van bloqueando. También fuertes emociones provocan espasmos. El problema es que, si se tiene el diafragma bloqueado por estados de ansiedad o emocionalmente alterados, estos se retroalimentan por las sensaciones que producen los bloqueos.
Estas sensaciones son ahogo, no poder respirar bien, ansiedad, falta de apetito o vómitos, sensación de carga en la boca del estomago  y, en algunos casos, insomnio.



La función principal del diafragma es la respiración. Tiene forma de cúpula insertada en la base de nuestra caja toráxica, cuando inspiramos baja para dejar espacio al aire que entra en los pulmones y cuando expiramos sube y hace de fuelle, al mismo tiempo que le devuelve el espacio a las vísceras.

Por todo lo anteriormente expuesto, es muy importante que nuestro diafragma se encuentre muy relajado, porque, si no lo está, la respiración y, por lo tanto, la oxigenación se ve mermada, se producen bloqueos en el sistema digestivo, circulatorio etc. 

¿Como podemos relajarlo?


En primer lugar si està muy bloqueado es mejor ir a un buen terapeuta.

Disciplinas que se basan en la respiración y la armonización del CHI, como el taichi, el yoga, el chikung, son muy buenas, porque aparte de ayudar a eliminar el problema también combaten las causas, 

Nosotros en casa también podemos hacer mucho, aquí les expongo algunos ejemplos:

* La respiración profunda y consciente es la primera manera que tenemos de relajar el diafragma, para aprender a hacerlo bien es aconsejable poner una mano en el pecho y otra en el abdomen así sentiremos como se hinchan en la inspiración y como se deshinchan en la espiración, es aconsejable mantener un par de segundos el periodo entre la inspiración y la expiración.

* Darnos un masaje utilizando aceite al que se le pueden añadir esencia de bergamota, lavanda o alguna otra relajante. Ponemos las manos juntas sobre el plexo solar (el punto donde acaba el esternón) y, mientras hacemos respiraciones profundas, deslizamos la mano, con una presión firme y en espiración, desde el punto donde estamos hasta el obligo, varias veces.

 -Partiendo del mismo punto podemos, durante la espiración, hacer una presión profunda por todo el borde de las costillas. Ambos ejercicios se pueden realizar un mínimo de tres veces.

  -Por último, podemos mantener la mano sobre el plexo y seguir el movimiento que sigue el tejido y seguirlo hasta que se centre. O bien poner las manos a ambos lados de las ultimas costillas y seguir el ritmo de la respiración.

Para evitar que nuestro diafragma se contraiga lo mejor es intentar respirar bien y practicar, en caso de necesitarlas, técnicas de relajación.

Fuente: Blogdeterapia

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