"Cuando una persona reacciona en su diario vivir, reaccionar es comer, trabajar, cuando está en el tráfico, cuando va de compras… la mayoría de las veces cuando tomamos decisiones lo hacemos con base en eventos previos y, muchas veces, en eventos que están contaminados por nuestra historia. Es decir, nos es más fácil acordarnos de lo doloroso y conflictivo que de lo actual.
Muchas veces lo que hacemos es envolver una decisión en algo en lo que evidentemente no tiene por qué ser envuelto. Muchas veces, con nuestros hijos, por ejemplo, tomamos una decisión basados en el dolor que hemos vivido en nuestra niñez o basados simplemente en las dificultades que tenemos en el trabajo. Y la reacción que tenemos con un niño es equívoca, porque no se merece nuestro conflicto, no se merece la lucha que tenemos con nuestra historia.
¿Esto qué quiere decir? Que la mayoría de las ocasiones, y desafortunadamente más de las que pensamos, no somos libres cuando reaccionamos, sino que estamos condicionados por nuestros propios miedos, por nuestra propia historia, por lo que creemos, conveniente o no…, y sin querer, en un círculo vicioso terrible, inundamos a quienes queremos, en muchas ocasiones, de circunstancias que no son válidas por nuestro propio miedo.
Identificarse es convertir a todas estas reacciones como válidas usando circunstancias que no les eran propias. No es tan fácil advertir nuestros miedos y desde ahí reaccionar correctamente, no es tan fácil alejar nuestra depresión y desde ahí actuar como corresponde. Entonces, claro, la acción misma queda envuelta de aquello que no le es propio del momento.
No sabemos vislumbrar un presente y poder vivirlo desde una fracción que sea libre. Nos identificamos porque no podemos ver nuestra reacción libre de historia personal. Tampoco sabemos vernos a nosotros mismos libres de historia. Y esa dificultad hace que la acción misma, la moral que planteamos, sea bastante paradójica.
Si el individuo dejase de identificarse tanto con su pasado, con lo que cree que es, con sus miedos, con sus angustias, sus gustos o sus metas y aprendiera a ver un instante en la magnitud en la que sucede, si pudiese ver la sonrisa de un niño tal cual es en el momento en que nace, no hollaría su angustia personal, tendríamos un lenguaje diferente para poder educar y para poder ver las cosas.
La identificación es el juego de ver lo que no existe y asumir que ello es algo válido." Sesha
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