NO MATES EL EGO



“El deseo de deshacerse del ego es muy diferente del proceso de dejar de identificarse con la ilusión socialmente condicionada de un yo egoísta.... Lo primero implica una batalla: el ego al tratar de matar al ego, al luchar contra el ego... el ego gana! Lo segundo implica soltar la ilusión de control; es el fin de la lucha, y el medio hacia ese fin es la conciencia".
(Cheri Huber)


En la idea de matar el ego, ¿quién mata a quién? ¿quién vence? ¿quién muere? ¿qué parte de uno es la que se quiere deshacer de otra parte? ¿Cuál es su motivación? 


Como señala la maestra zen Cheri Huber, hay dos cosas que podemos dar por seguras respecto al egocentrismo: Uno, que es un proceso muy astuto; dos, que su mayor función es sobrevivir. 
"El ego tomará cualquier cosa -CUALQUIERA- y la usará para sus propósitos, incluso la noción de matarse/disolverse/trascenderse/auto-aceptarse. Puedes ver el riesgo, espiritualmente hablando, de malinterpretar el 'matar el ego'".

Complementario al riesgo de declarar una guerra interna, la metáfora de matar al ego trae consigo el problema de no apoyar la configuración y el establecimiento de un ego sano, lo cual es tremendamente importante para 'funcionar' en el mundo, y también de reproducir dinámicas relacionales destructivas, particularmente en el contexto de grupos religiosos o espirituales. 

Seres humanos como la Madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela, Mahatma Gandhi, Luther King Jr., Aung San Suu Kyi, Jesús, Buddha, entre otros, no se han caracterizado precisamente por tener un ego débil o muerto. Al contrario, sus personalidades han sido complejas y ricas, su voz única, y su presencia en el mundo llena de su propio estilo. Su aporte vino no de deshacerse del ego, sino de utilizarlo para el bien de todos, dejando de identificarse con él como algo que está separado de todo lo demás. Se necesita de un ego potente para expulsar a los mercaderes de la entrada de los templos…

El ego, según el maestro zen y filósofo David Loy, es como un balde  que creemos que tiene un fondo, y nos pasamos la vida tratando de llenar el balde de lo que queremos y sacando del balde lo que no queremos. Según Loy, el ego es efectivamente como un balde, pero un balde sin fondo, a través del cual la vida en toda su riqueza y complejidad emerge de abajo hacia arriba, ocupando la forma particular de ese balde para tomar forma. Cada uno es una forma específica, única, e irrepetible que la vida tiene de manifestarse. El problema no es la forma del balde, el problema es que creemos que tiene fondo; el problema no es el ego, el problema es que creemos que estamos separados.

LA PRACTICA SUGERIDA

En el ámbito de las relaciones interpersonales, practica  tomar las cosas un poco menos personalmente, y dando el beneficio de la duda en vez de atribuir de inmediato una mala intención a las acciones de los otros.

La idea básica es dejar de luchar contra el ego, y más bien usar la metáfora de quitarle la energía a la sobre-identificación con el ego, creando un espacio donde los hábitos egoístas se disuelvan como pompas de jabón en el vasto espacio, o como una cucharada de sal en medio de un lago.

Fuente y leer más en Mindfulness


3 comentarios:

  1. Esto es mucho más acorde con la realidad, que todos aquellos postulados que tratan sobre algo tan imposible o utópico, como es tratar de matar el ego, ya que, como ahí se aclara, entraríamos en una cadena o espiral en la que "alguien mata a alguien que continuamente se va a defender porque su muerte no es posible". Es mucho más inteligente y eficaz -una vez sabiendo que está ahí- servirnos de él (nuestra personalidad) pero sabiéndolo controlar. Gracias por este tipo de ENTRADAS:Hacen mucho bien y ayudan mucho.

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  2. Gracias por vuestros textos y mensajes.
    Alguno de ellos los publico en mi web.
    www.grego.es

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